Roma
El abuelo Berlusconi
Ante su inminente salida del Gobierno anuncia que quiere dedicarse a su familia
«Berlusconi tiene las orgías contadas». El genial Roberto Benigni utilizó hace unos días un juego de palabras (entre las palabras «orgías» y «horas», en italiano sólo hay una letra de diferencia) para resumir con humor el particular momento que vive el país y su primer ministro saliente. Aunque muchos ciudadanos no acaben de creérselo, «Il Cavaliere», el político que más tiempo ha sido jefe de Gobierno en la historia de la democracia moderna de Italia, se va.
Al final no han sido los escándalos sexuales, los procesos judiciales ni la izquierda los que le han tumbado, sino la brutal crisis económica. Dimite por haber perdido la mayoría parlamentaria después de que varios de sus diputados le abandonasen porque consideraban que ya no era capaz de enderezar el rumbo del país.
Desde que desembarcó en la política hace 17 años, Silvio Berlusconi ha sido el protagonista indudable de ésta. Estando en el Gobierno o en la oposición, siempre ha conseguido convertirse en el personaje principal de todos los titulares y atraer la atención hacia su particular persona. Italia, en muchos momentos, parecía sólo existir en este hombre menudo –pese a los tacones disimulados de sus zapatos–, de sonrisa perenne, rostro estirado a base de cirugía y calva reconquistada gracias a los implantes capilares. Su marcha forzada provoca una pregunta inmediata: ¿qué va a hacer ahora Berlusconi?
Aunque cuenta ya con 75 años a sus espaldas, sigue demostrando ser una persona de inagotables energías y continuos apetitos. Él mismo dio hace unos días unas pistas de cómo va a gastar a partir de ahora parte del tiempo libre que le dejará el fin de su Gobierno: «No volveré a ser candidato de mi partido. Seré el padre fundador de la formación y a lo mejor volveré a la presidencia del Milan. Tal vez podré echar una mano en la campaña electoral, que siempre se me ha dado estupendamente», contó al diario turinés «La Stampa».
Familia numerosa
Aunque no lo dijo en esta ocasión, «Il Cavaliere» ha manifestado en otras ocasiones su deseo de pasar más tiempo con su familia, en especial con sus nietos. Tiene cinco hijos, dos nacidos de su matrimonio con Carla Dall'Oglio (Marina y Pier Silvio), y otros tres fruto de su noviazgo con la ex actriz Veronica Lario (Barbara, Eleonora y Luigi), con quien mantuvo relaciones extramatrimoniales cuando aún seguía unido a su primera esposa. Berlusconi y Lario iniciaron hace dos años y medio los trámites de divorcio cuando estalló el primer escándalo sexual del mandatario. Además de pasar tiempo con sus retoños, el magnate dice adorar a sus seis nietos, cinco varones y una chica, a quienes quiere ver con una mayor asiduidad.
Relaciones complicadas
La mayor de todos es Lucrezia Vittoria, la atractiva hija de 21 años de Pier Silvio, vicepresidente de Mediaset, el gigante audiovisual de la familia. Esta joven, nacida como fruto de la relación del hijo del mandatario con la modelo Emmanuela Mussida, ha pasado desapercibida para la Prensa durante la mayor parte de su vida. La revista del corazón «Chi» obtuvo el año pasado unas fotos en las que se la veía paseando con su padre. En ella, los dos parecían una pareja de enamorados. Según la publicación, la muchacha es una apasionada de la música, el cine y la fotografía, y se ve a menudo con Pier Silvio. En junio de 2010 nació el hermano de Lucrezia Vittoria, el más pequeño de los nietos del «abuelo Silvio». Se llama Lorenzo Mattia y su madre es Silvia Toffanin, la presentadora de televisión –por supuesto, en los canales de Mediaset– aquien Pier Silvio está unido desde 2001.
La pareja no se ha casado ni piensa hacerlo, aseguran siempre que les preguntan por ello. Tampoco había contraído matrimonio cuando tuvo sus dos retoños la hija mayor de «Il Cavaliere», Marina, presidenta de la editorial Mondadori y de Fininvest, el conglomerado empresarial de los Berlusconi. Fruto de su relación con Maurizio Vanadia, ex primer bailarín del teatro de la ópera de La Scala, tuvo dos hijos: Gabriele, nacido en 2002, y Silvio, como el patriarca, quien vio la luz un par de años después. Tras los pequeños vino el matrimonio entre Marina y Maurizio, celebrado el 13 de diciembre de 2008 en la capilla privada de la mansión de Berlusconi en Arcore, célebre por ser el lugar donde tenían lugar sus fiestas eróticas, los famosos «bunga-bunga».
Pese a sus 27 años, Barbara, la mayor de las hijas de Veronica Lario y Berlusconi, le ha dado ya dos nietos al mandatario. El mayor, nacido en 2007, se llama Alessandro; el pequeño, Edoardo, tiene dos años menos. Como sus hermanastros, Barbara tampoco contrajo matrimonio antes de ser madre. El padre de sus hijos es Giorgio Valaguzza, quien trabaja en la banca de inversión JPMorgan. Tras pasar por varias crisis, decidieron romper y poner punto final a su relación a principios de año. Poco tiempo después, Barbara comenzó a verse con quien todavía hoy es su novio, Alexandre Pato, delantero del A.C. Milan, club de la propiedad de la familia Berlusconi y de cuyo consejo de administración forma parte.
Los dos hijos menores de «Il Cavaliere», Eleonora y Luigi, todavía no le han hecho abuelo, pero con seguridad –y con todo el tiempo libre del que dispondrá a partir de ahora–, Berlusconi estará encantado de acoger a nuevos miembros en su familia. Sólo queda esperar y ver cómo encauzará su vida el eterno rey del «bunga-bunga».
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