Nietos ilustres: militares médicos y abogados

Manuel Fraga solía decir que tenía unos nietos «estupendos, una maravilla si puede uno sortear la inevitable distancia que crea la edad». Si en lo político supo adaptarse muy bien a los tiempos y entender cada época, como abuelo no iba a ser menos, y también fue capaz de acortar esa diferencia con los suyos; porque era cariñoso, comprensivo, cercano, discreto, familiar…
Se desvivía por su trabajo hasta el punto de que sus hijos solían decir que Fraga tenía dos familias: la política y otra formada por sus cinco hijos y siete nietos. Pero a pesar de su intensa vida laboral, llamaba todos los días a sus hijos para interesarse por ellos y sus nietos. Al igual que él, sus descendientes han heredado su profundo amor por cada rincón de Galicia y también por el país por el que él luchó. «Nos preocupa el futuro de España», confiesan sus nietos. Fraga fue embajador en Londres y por eso les inculcó el interés por las relaciones internacionales, tanto que Adriana no descarta especializarse en ello.
Una de las fechas preferidas de Fraga era el verano, ya que durante las vacaciones podía reunir a la familia al completo en su residencia de Perbes. Los nietos mayores solían interrogarle sobre los temas de actualidad, querían saber sus impresiones y a veces terminaban en largos debates políticos. También les contaba historias y anécdotas familiares de cuándo él era niño, de su época… Nunca hablaba de trabajo.
A todos ellos les aconsejó que estudiaran Derecho, porque quería que siguieran sus pasos. Algunos, como Adriana, han cumplido su deseo, otros se decantaron por la Medicina y uno de ellos quiere ser militar.