Negro sobre Blanco por Iñaki EZKERRA

La verdad es que muy pocos imputados en un asunto de corrupción han tenido la suerte de Blanco. El escándalo saltó en medio de la campaña electoral, pero el PP no hizo sangre con él para que no se dijera que hacía electoralismo. Luego se nos vino encima el caso Urdangarín, que lo acabó de eclipsar totalmente, como no podía ser menos. Y es que era lógico. Entre el glamour de la Casa Real y la cutrez de una gasolinera, la elección estaba clara para las bocas negras de la chismografía nacional. El «caso Campeón» no olía a podrido, sino a tubos de escape. Después acudió en su socorro el culebrón de los fantasmales trajes sin percha de Camps, con ese sastre que largaba más que el mayordomo de los Urquijo y esa legión de fiscales severos que son la antítesis de los indulgentes fiscales que han rodeado al caso Garzón, otro culebrón que ha acudido en ayuda del ex ministro de Fomento. La suya no ha sido pena sino «absolución de telediario». Pero parece que ya le toca el turno. Esperemos que pronto, y sin más eclipses, la Justicia, como la Prensa, escriba su sentencia en negro sobre blanco.