Merkel y Sarkozy confían en la palabra de Rajoy

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se mostraron ayer confiados en que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, cumpla su palabra de que tomará todas las medidas necesarias para aplicar lo acordado en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento.
La alemana recalcó que su homólogo le ha resaltado su determinación de no «escatimar esfuerzos» para cumplir los objetivos de déficit que marca la UE. «El presidente español me lo ha dicho y ha reiterado que España no escatimará ningún esfuerzo para actuar de manera ambiciosa y reflejarlo en sus presupuestos», recalcó Merkel. No obstante, recordó que para recuperar la credibilidad de los mercados internacionales es imperativo que los estados miembros cumplan las reglas que se han fijado. «De nada sirve empezar diciendo que los objetivos de reducción de déficit no valen o que se apliquen sólo a algunos países», insistió. Con su tradicional talante, la canciller evitó hablar de suavizar las metas para países en dificultades como España y Países Bajos, y aplazó el debate a junio. Pero dejó entrever que confía plenamente en la mano de hierro de la Comisión Europea. «Cada Estado miembro sabe que no puede decir simplemente que no respetará los tratados».
Por su parte, Nicolas Sarkozy resaltó que Rajoy ha dado garantías al resto de líderes europeos de que seguirá con el ajuste fiscal pese a que ello le plantee problemas por el alto nivel de paro y el elevado déficit en 2011. «Para algunos países es más difícil que para otros. En España hay un 23% o 24% de parados y el déficit está en el 8% mientras que habían previsto para 2011 el 6%. Está claro que esto plantea problemas, pero el Gobierno español ha indicado muy claramente que llevará a cabo la política de reducción del déficit», celebró.

¿Qué significa pasar del 4,4% al 5,8% en el déficit?
En términos monetarios, con un déficit público del 5,8% las administraciones públicas podrán gastar 14.772 millones más que si el límite fuera del 4,4%, como marca Bruselas. En otras palabras, el Estado encuentra cierto desahogo y puede mantene la inversión en partidas importantes para la economía nacional sin perjudicar el llamado Estado del Bienestar. El problema es que cualquier desvío en el gasto público implica endeudamiento, ya que los ingresos no lo cubren, por lo que la deuda del sector público se traslada a los proveedores y demás actores del sector privado.