Bruselas

La CE presentará su propuesta para eurobonos y más control presupuestario

La Comisión Europea (CE) presentará mañana sus opciones para introducir en la eurozona bonos de deuda común, los llamados "bonos de estabilidad", y una serie de propuestas para un mayor control externo de los presupuestos nacionales.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, presentará el libro verde sobre la viabilidad de la introducción de bonos de estabilidad, que abrirá un periodo de consulta.

El libro verde forma parte de un paquete legislativo más amplio que incluye dos proyectos de regulación que presentará el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, destinados a endurecer la supervisión presupuestaria en la UE y especialmente en la eurozona y en los países rescatados.

Un tercer elemento será el análisis anual del crecimiento económico, en el que la Comisión expondrá las medidas a tomar en 2012 para apuntalar el crecimiento y la creación de empleos, entre otros aspectos.

En cuanto a los eurobonos, un borrador recoge tres opciones para la emisión de deuda común en la eurozona.

La primera opción es la sustitución de todos los bonos nacionales por los bonos de estabilidad, que podrían ser emitidos de manera descentralizada pero con un procedimiento coordinado o mediante una agencia de deuda del área del euro, que distribuiría los ingresos a los Estados miembros dependiendo de sus necesidades financieras. Estos bonos se emitirían con garantías varias y comunes por todos los Estados miembros, lo que implica compartir el riesgo crediticio. Dado que esta posibilidad requerirá cambios en el Tratado, su implantación necesitaría "un tiempo considerable", según el borrador.

La segunda opción es la sustitución parcial de los bonos nacionales con varias garantías y comunes de los países de la eurozona, el llamado esquema "azul-rojo", que crearía un mercado con bonos soberanos de dos pilares. Unos serían los "bonos azules": cada Estado miembro podría tener el derecho a emitir un cierto porcentaje específico en deuda común, bonos azules, pero sin superar el 60 % de su PIB. Esos bonos contarían con garantías varias y comunes de todos los Estados miembros. El resto serían bonos nacionales, los llamados "bonos rojos". Estos títulos solo contarían con las garantías nacionales. También esta versión requeriría un cambio en el Tratado.

La tercera opción sería la sustitución parcial de bonos nacionales con garantías varias pero no compartidas por todos. Cada país tendría que garantizar la parte proporcional que le correspondiese según su necesidad de financiación y también asumiría la garantía de la emisión de bonos nacionales. Este modelo requeriría menos condiciones para implantarlo. No obstante, la CE quiere vincular los eurobonos a ciertas condiciones, quizás para aplacar las reticencias alemanas.

La Comisión considera que cualquier tipo de emisión de deuda común debería ir acompañada de una supervisión fiscal reforzada, lo que podría incluir incluso poner a los países incumplidores bajo algún tipo de "administración"externa.

Países como Alemania temen que si se introducen los eurobonos los Estados que deben poner en orden sus finanzas públicas dejen de esforzarse porque se beneficiarían de las garantías de los demás y de la mejor calificación crediticia de otros miembros.

En esta línea Rehn dijo hoy que exigirá en el marco del reformado paquete de gobernanza económica -que prevé sanciones para el incumplimiento de los objetivos de deuda y de déficit- "normas fiscales numéricas", equivalentes al freno de deuda, que preferiblemente deberían quedar reflejadas en las Cartas Magnas.

También propondrá que un consejo fiscal independiente a nivel nacional contribuya a una planificación presupuestaria robusta y que la Comisión pueda revisar el proyecto presupuestario de los países de la eurozona antes del 15 de octubre de cada año y, si fuera necesario, emitir su opinión sobre posibles modificaciones.

La segunda propuesta de Rehn está reservada para los países de la eurozona que reciben asistencia financiera de la UE. Para ellos la supervisión reforzada y el programa de vigilancia se harán por ley. Estas medidas no requerirán un cambio en el Tratado, asegura.