México

Ya era hora a votar

La Razón
La RazónLa Razón

Terminó la campaña electoral eterna. ¡Vaya año!. Me recuerda a la que ya me tocó seguir profesionalmente en México cuando Miguel de la Madrid se disponía a suceder a López Portillo en la Presidencia de la República. Allí, oficialmente, duraba nueve meses. Como un parto. Y eso que, en aquella época del PRI estaba el pescado vendido. Su triunfo estaba asegurado.

Aquí no nos hemos andado con chiquitas. Entre la previa de las elecciones municipales y autonómicas y el capricho de Zapatero de anunciar con casi cinco meses de antelación las que mañana se llevarán a efecto, nos hemos ido prácticamente a la ley mexicana. ¡Para que luego digamos que nos parecemos a los alemanes, franceses o británicos!

A lo que iba. Terminó por fin este largo periodo de sufrimiento y cierto sopor. Por un lado, no existe la emoción del resultado, ni siquiera el de la mayoría absoluta. La sociedad, a la vista de la incapacidad de este Gobierno para resolver nuestros males, quiere cambiar de médico. Si añadimos que la presencia de los políticos con mítines, mensajes y demagogias se ha cuatriplicado o quintuplicado por lo ya expuesto, nos merecemos sobradamente el descanso.

Ahora, tan sólo queda votar, efectuar el cambio necesario y exigir que los nuevos responsables nos conduzcan hacia la esperanza, porque entre los mercados, la prima de riesgo, el paro, el sistema financiero, la deuda, el déficit, los ERE, las manifestaciones, hay días que uno piensa en no salir a la calle, en si no es mejor quedarse en casa. Así es la vida.