Baloncesto/ Otra manera de ganar

Creer en la España de los Juegos después de la primera fase se había convertido en un ejercicio de fe. La que reclamó Navarro tras ganar a Francia y citarse con Rusia en semifinales: «Siempre hay que confiar. Siempre hay que creer en este grupo». Amén. Pero es que el interminable listado de méritos del grupo contrasta con un campeonato salpicado de borrones. Ante Parker y compañía tampoco se recuperó la brillantez que en anteriores torneos acostumbraba a aparecer en los cruces. España ganó gracias a su intenso trabajo atrás. Fue la base de todo. El desgaste a Francia, encarnado en la defensa a Parker, bastó para acabar con los galos y entrar en la lucha por las medallas por tercera vez en la historia. España vuelve a estar donde casi siempre.

El equipo sigue sin coger velocidad de crucero en toda la cancha. En la primera parte penó en ataque y se topó con más de una noticia desagradable. Parker dirigía y anotaba relativamente cómodo. Con todo, era un daño menor. El problema llegaba con Diaw y con Pietrus, los dos ala-pívots que jugaban abiertos, lejos de la zona. ¿Les suena? El primero es un jugador excepcional. Puede hacer de todo siempre y cuando su tendencia al sobrepeso se lo permita. Con él y con Pietrus –sus diez puntos en la segunda parte fueron poco menos que un milagro–, Francia mandó, pero sin la autoridad necesaria. Las máximas diferencias no superaron los siete puntos.

Para dar la vuelta a la situación, España tenía que mostrar otro espíritu. Debía recuperar la confianza perdida tras lo de Rusia y Brasil. La primera acción de la segunda parte fue reveladora. Una canasta de Marc levantó a todo el banquillo. Esa reacción en un momento de verdad no se había visto en todos los Juegos. Fue el toque que necesitaba el grupo para empezar a trabajar atrás. Las rotaciones de Scariolo se redujeron a lo imprescindible y los despistes que los dos hermanos Gasol habían mostrado en anteriores capítulos no se repitieron. Con Pau y Marc entregados a la causa atrás, el panorama cambia y mucho. Hubo un amago de escapada con un triple de Marc (41-37), pero Francia también decidió que el camino hacia la semifinal pasaba por morir atrás.

Una defensa mixta y un quinteto sin ninguno de los dos bases que más minutos han tenido en el torneo, Calderón y Sergio, fueron las dos cartas escondidas que tenía Scariolo. Parker dejó de anotar y de dirigir. Llull era la sombra del base francés y su trabajo encontraba continuidad en el resto. Francia sólo sumó cuatro puntos del minuto 30 al 38. El tirón definitivo llegó gracias a una defensa de libro. Rudy colocó un tapón a Parker y el escolta intimidó el siguiente lanzamiento del base; el balón cayó en las manos de Turiaf y Pau le puso otro tapón a medio metro del aro. Fue el resumen del esfuerzo defensivo que dio al equipo el pasaporte para semifinales. Francia volvía a caer y alguno como Batum o Turiaf no lo pudieron soportar. Rudy y Navarro acabaron malheridos. El equipo parece resucitado. 

«Supimos sufrir»
Marc tiene claro cuál fue la clave para superar a Francia: «Hicieron una gran defensa y un gran partido, pero nosotros supimos sufrir». De ahí la celebración en alguna de sus acciones. Marc necesitaba un partido como el de ayer para soltarse. Los que se soltaron, aunque de otra manera, fueron algunos franceses al final del partido. Batum justificó así su agresión a Navarro: «Quería darle una buena razón para tirarse».



. Ficha técnica:
59 - Francia (22+15+16+6): Batum (9), Parker (15), Diaw (15), Turiaf y Gelabale (4) -equipo inicial-, Seraphin (2), Traore (2), Bokolo, Pietrus (10) y De Colo (2).
66 - España (17+17+17+15): Pau Gasol (10), Rudy Fernández (9), Navarro (12), Calderón (5) y Marc Gasol (14) -equipo inicial-, Sergio Rodríguez, Reyes (2), San Emeterio (2), Llull (8) e Ibaka (4).
Árbitros: Cristiano Maranho (BRA), William Kennedy (USA) y Christos Christodoulou (GRE). Sin eliminados.
Incidencias: Partido correspondiente a los cuartos de final del torneo olímpico de baloncesto disputado en el North Greenwich Arena ante 14.826 espectadores.