España
Otra izquierda es posible
Es inevitable enfrentarnos al dimensionamiento del Estado del Bienestar. «Si queremos mantenerlo, tendremos que distinguir lo importante de lo que no lo es. Esto nos obliga a decir la verdad. A los ciudadanos les interesa que la distribución del agua o los transportes colectivos funcionen, no quién los gestione. Esto es un debate del pasado». Quien así se expresa no es un dirigente del PP ni un neoliberal desatado. Tampoco una versión carpetovetónica del denostado Tea Party. Son palabras de Nicolás Redondo Terreros, socialista vasco e hijo del histórico líder de UGT, la otra noche en Telemadrid. Constatación de que otra izquierda es posible, también en España. Pragmática y responsable. Moderna. Liberada de ideas periclitadas. Sin ataduras ideológicas para defender el bienestar de la sociedad, que no el del Estado. Respetuosa con los derechos individuales que aún causan sarpullidos en los nostálgicos de colectivismo.
Es la izquierda que necesita España para salir de la crisis. La del compromiso con recetas que funcionan. No la de pancarta y algarada. Es la izquierda a la que Rajoy, si confirma sus expectativas de victoria, debe convocar después del 20-N para clausurar un ciclo nefasto y recuperar la senda del sentido común con un puñado de ideas básicas: no se puede gastar lo que no se tiene, la austeridad es una virtud aun en tiempos de bonanza, el empleo lo crean los emprendedores, bastante hacen los gobiernos si no les entorpecen con sus apetitos fiscales y nadie como uno mismo sabe lo que es mejor para él y sus hijos.
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