Toledo

En la España del siglo XXI aún se ahorca a los perros

Un vecino de Villacañas, en Toledo, encontró una perra braca colgada de un poste de alta tensión

Ésta es la imagen «menos dura» del animal. Al encontrar más lazos en el poste, piensan que podría tratarse del «colgadero oficial» del pueblo
Ésta es la imagen «menos dura» del animal. Al encontrar más lazos en el poste, piensan que podría tratarse del «colgadero oficial» del pueblolarazon

Madrid- Las imágenes, enviadas a LA RAZÓN por la Asociación Justicia Animal son sobrecogedoras. Cuando se menciona el ahorcamiento como forma de sacrificio, parece que se habla de prácticas del siglo pasado y no de este mismo mes de octubre. Sin embargo, un vecino de Villacañas, Toledo, se encontró con una perra colgada de un poste de alta tensión.
Según cuentan en Justicia Animal, el hombre, de paseo con sus familiares por el campo del municipio, llamó rápidamente a una voluntaria que se dedica a recoger animales abandonados por la zona. «Cuando llegó allí y lo vio, se le encogió el corazón», cuenta Matilde Cubillo, presidenta de la asociación.

La perra, que era una braca, «tenía las patas traseras apoyadas en el suelo», por lo que se supone que el animal «sufrió un horror antes de morir». Cubillo describe su agonía: «La perra aguantó hasta que las patas ya no podían soportar más el peso de su cuerpo». En la organización animalista aseguran que además agonizó «durante horas, luchando por vivir, pero de nada le sirvió».

Cubillo no tiene dudas, para ella «su dueño es un individuo cruel y sin escrúpulos, que quiso que su perro muriera con el mayor sufrimiento posible».

La Guardia Civil acudió al lugar de los hechos, pero no pudo hacer nada por salvar la vida del perro. En las durísimas fotografías realizadas, se puede observar el rostro agónico del animal luchando por su supervivencia; «seguro que su dueño le miró y esperó, satisfecho de lo que había hecho», sentencian desde Justicia Animal.

En el poste de alta tensión había más lazos de ahorcamiento, por lo que se cree que es el «colgadero oficial del pueblo». Pasa en muchas localidades españolas, «por desgracia es una práctica habitual», señala Cubillo.


Dura semana en Baasgalgo
Además de este ahorcamiento, en Baasgalgo han sufrido una dura semana. «El pasado fin de semana unos cazadores atropellaron a dos hermosos galgos jóvenes», explica Sandra Baas, presidenta de la asociación. Sandra cuenta, triste, cómo en La Mata, también en Toledo, intentaron rescatar a una galga que había sido arrojada a un pozo, pero no tuvieron suerte.

«Los esfuerzos de los miembros de Baasgalgo, junto con la colaboración de patrullas de la Guardia Civil y del Cuerpo de Bomberos, fueron insuficientes para rescatar con vida al animal». Según cuentan en la organización que se dedica a proteger a dicha raza, sus voluntarios descendieron al pozo «con riesgo de su propia integridad, pero no consiguieron recuperar a tiempo al can, que pereció ahogado». Como era de esperar, tras el análisis pertinente, se confirmó que no portaba microchip. «Una semana muy desagradable, y la temporada de caza sólo acaba de empezar», dice Sandra.