Sevilla
El juez da un día más a la Policía para encontrar a Ruth y José
Un pulso legítimo en el Estado de Derecho que tenemos. Eso es lo que ayer mantuvo José Bretón, padre de los niños desaparecidos en Córdoba, con los investigadores que lo arrestaron por el presunto asesinato de esos menores, sus hijos Ruth y José. De un lado, Bretón, quien declaró de nuevo por la mañana en la Comisaría durante dos horas y, por la tarde, respondió a las preguntas del juez de instrucción número 4 de Córdoba. ¿Su versión? La misma de siempre: perdió de vista a los niños mientras jugaban en un parque el pasado 8 de octubre.
Al otro lado del cuadrilátero, los policías, con una espina clavada: Marta del Castillo; y conscientes de que de su trabajo dependía que se sustentaran «los indicios racionales de criminalidad» y el magistrado pudiera mandar a prisión a Bretón, del que han sospechado desde el principio, o, al menos, prolongar las medidas cautelares.
Ayer peinaron por tercer día consecutivo la finca de las Quemadillas, propiedad de los abuelos paternos de Ruth y José y epicentro de sus pesquisas porque estuvo allí con los niños antes de ir al parque. Han registrado los terrenos con perros, se han empleado a fondo con un georradar que, según fuentes policiales, «dio algún falso positivo»; y han realizado innumerables catas. Todo sin éxito. Si bien fuentes de los Cuerpos de Seguridad explican que «la información del radar y las catas se tiene que analizar, lo que lleva algún tiempo». Bretón tampoco se lo ha puesto fácil en los interrogatorios, debido a su supuesto trastorno psiquiátrico. El resultado del combate: 13 días sin rastro de los niños y un respiro: Bretón detenido hasta las 9:00 de hoy.
LA FAMILIA MATERNA SE AFERRA AL RAPTO
«La esperanza no la podemos perder», repetía ayer la familia materna de Ruth y José. Aunque su portavoz, Esther Chaves, confiesa que comienzan a estar «inquietos» porque el reloj es inquebrantable. «La Policía nos dice que todas las líneas de investigación siguen abiertas», asevera Chaves, quien confirma que los investigadores estuvieron en una vivienda que los padres tienen en El Portil (Huelva), como adelantó ayer LA RAZÓN. Se agarran a la opción del rapto y piden: «Si alguien tiene a los niños, que los deje en un sitio seguro. No queremos saber quién es».
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