París

Arrúgalos Alberto

La Razón
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L27 Banderas
El caso es que allende los Pirineos, el europeo no hispano tiene como un cacao mental con «las banderas» de España. «A ver, oiga –me pregunta un danés–, ¿cuántas banderas tienen ustedes, yo creía que la bandera de ustedes era roja y gualda, pero los chicos sub 21, ayer, tras proclamarse los mejores futbolistas sub 21 de Europa, uno jaleaba el éxito con una bandera rara, otro lo celebraba con otra bandera igualmente apócrifa para mí, así que, es que tienen ustedes con eso del organigrama autonómico, muchas banderas?». Le expliqué lo que le expliqué, pero la verdad es que cada día que pasa, España, por culpa de las banderas, es menos menos España y más Bildu. Y más el ex atleta Alfredo antes Rubalcaba.

M28 Hierro
Fernando Hierro ha dejado la Federación Española de Fútbol. La Federación estaba encantada con él y él con la Federación. Así de simple. ¿Por qué se va entonces? A la gente no le entra en la testa que Fernando Hierro sea, en vez de un señor superior, un señor familiar. «Estoy cansado y mi familia me necesita». A la gente, como casi siempre, le cuesta metabolizar las verdades simples. «Hay trampa –especulan algunos– en su dimisión». Hierro, por simple y familiar, «bicho» humano ciertamente insólito. «Yo sigo adorándole», dice Ángel María Villar. De Villar he destacado siempre la belleza de su corazón. Cuando supere el estrés familiar, si quiere, Hierro sabe que puede volver a la Federación. Y Vicente del Bosque le dará un abrazo de hermano, además.

X29 Albert Soler

Bernard Shaw diría de Albert Soler, el joven sucesor de Jaime Lissavetzky, que nada hay nuevo en Albert, salvo sus novedades. ¿Cuáles son sus novedades? El «fair play» de la sinceridad sin brotes verdes. Albert ejerce dos artes: el arte del deporte, que no ha abandonado, y el arte de la gestión política del deporte. Es un hombre hecho en el deporte, viene de él. Es, sencillamente, un hombre «fair play», de los de al pan, pan y al vino, vino. Lo contrario de ZP que, siendo el ministro de Deportes, es analfabeto en lo único que curiosamente viste de oro y plata, o sea de triunfos y admiraciones a España en el extranjero. Albert Soler, en los «Desayunos Deportivos» de Europa Press, ha hablado como un Demóstenes: los ayuntamientos no tienen dinero, las Cajas no tienen dinero, las diputaciones no tienen dinero. La crisis, pues, ha llegado al deporte. Ha llegado a lo bestia, a lo ZP. «Fair play político»: la verdad ante todo. Al fútbol le ha enviado el mensaje de que debe ponerse a trabajar «ya», como la «democracia real ya» de los indignados, en un nuevo modelo de gestión inteligente y solidario, y que en el Consejo Superior no hay dinero para «desfacer» los entuertos de los señores gestores del balón. ¡Ah, si los políticos fuesen pudorosos como los hijos del viento, como los hijos del deporte , como Albert Soler al parecer!

J30 Feliciano
Te vi ayer, contra Murray, y me vas a permitir que te diga que ayer no eras el Feliciano López del Toledo del epopéyico Bahamontes; ayer dudabas. Los griegos, tan sabios antes de Cristo, decían que la duda es la escuela de la verdad. Pues sí y pues no, según. Estamos en el siglo XXI. Y en el siglo XXI para competir no hay que dudar de las capacidades y el talento de uno, y tú, Feliciano, las aglomeras. Dudar, cuando se compite, es dar ventaja al adversario. Es agigantarlo. Contra el vicio de la duda, la virtud de la fe en uno.

V1 Tour
Gene Kelly y Alberto Contador. París y Tour. Como recordarán los supervivientes de los años cincuenta, Gene Kelly era el protagonista de «Un americano en París», película con la que magnetizó a la dulce Francia. Contador a lo mejor, como protagonista del Tour, magnetiza también a los que hoy son sus detractores. Kelly admiraba con sus pies, Contador no es sino un Kelly con pedales. Además es de Pinto y la gente de Pinto es pintureramente jaquetona, brava. «A mí lo que me motiva es ser de Pinto», dice Contador. Si el Giro no le pasa factura, Contador será otra vez en el Tour el «number one» por talento y pedales, o sea, gónada. Eso sí: va a sufrir lo que San Esteban en su martirio. Pero ¿qué es el ciclismo sino un deporte de sudor, pedales y sufrimiento? ¡Arrúgalos, Alberto!