Estados Unidos

La guerra fría

La Razón
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El presunto intento de atentado, protagonizado por elementos del Gobierno iraní para asesinar al embajador saudí en EE UU, que fue descubierto por un agente «yankee» en el papel de falso narcotraficante, parece el guión de una película antigua ambientada en la Guerra Fría con protagonistas rusos y estadounidenses. Pues bien, las tensiones entre Irán y Arabia Saudí son antiguas y se han visto alimentadas por las revueltas de la «primavera árabe», pues ambos países mantienen una «guerra fría» por ver quien lidera la región.

Además, los iraníes son de mayoría persa y chiíes y los saudíes árabes y suníes, lo que también explica en parte el enfrentamiento. Ahora, las autoridades estadounidenses insisten en acusar a Irán del complot contra la representación saudí en su país y, de hecho, dos personas han sido detenidas como presuntos conspiradores y otras tres acusadas de colaboración. Todos ellos pertenecientes al grupo Al Qods, el brazo de élite de los Guardianes de la Revolución iraníes, que ya ha sido acusado otras veces por Washington de acciones similares. Pese a las pruebas aparentes, la representación diplomática iraní en Estados Unidos insiste en rechazar su participación en el complot.

En cualquier caso, estos acontecimientos, dados a conocer ahora tras cuatro meses de investigaciones, incrementan la enemistad entre los dos países. En 1979, como consecuencia del triunfo de la revolución que instauró la actual República Islámica, ambas naciones rompieron los lazos diplomáticos y, desde entonces, Estados Unidos desea aislar a Irán en el seno de la comunidad internacional.