Conciertos

La «Pasión» desbordada de Alagna

Un Roberto Alagna pletórico visitó Madrid para promocionar su nuevo álbum
Un Roberto Alagna pletórico visitó Madrid para promocionar su nuevo álbumlarazon

Desde el pasado jueves vive la promoción frenética de «Pasión», su nuevo álbum, va de AVE en AVE sin perder la sonrisa. Será que le rebosa el carisma. Define el disco (ya en un casi perfecto español) como «un viaje por la cultura de Iberoamérica», con paradas en «Quizá, quizá, quizá», «Piensa en mí» («le he robado a Luz Casal la introducción, que no aparecía en el tema y que es maravillosa», confiesa), «Historia de un amor», junto a Lila Downs («es como una cinta de Ettore Scola, bellísima, de dos personas que se aman pero que no pueden compartir la vida»), «Cielito lindo» («aquí sí hay un guiño al tenor que soy porque es la unica cantada en ese registro») y «La llorona», con la que se queda, aunque hay muchas más. Para cantar a Gardel dice que ha respetado su estilo, «como lo hago con Verdi o con Puccini, lo mismo que si fuera una partitura clásica. He cantado con idéntico fraseo al de él, siempre desde la humildad y respetando la atmósfera de una música que es fuego y sangre», explica. Con este repertorio, Alagna se siente como en casa: «No he tenido que impostar la voz porque empecé cantando este tipo de temas. Cantaba al mismo tiempo el cabaret y ópera y mi garganta está acostumbrada a este tipo de gimnasia», asegura. Los recortes en la ópera no le afectan, no para de trabajar, aunque Madrid se le resiste («no sé si le gusto al público») y se ha permitido decirle el pasado verano a Woody Allen que no podía trabajar con él: «Iba a interpretar, claro, a un tenor, pero no pudo ser, qué rabia» se excusa. Le hablamos de las palabras apasionadas de Gheorgiu hacia este disco (ambos anunciaron en 2008 que se separaban, pero ahora parecen muy cercanos) y le resta importancia. Lo agradece y deja escapar un «¡Qué cosas tiene Angela!» mientras se pone un abrigo negro. Algunas horas después, dentro de su tráfago de vida, volvemos a hablar. Apenas cinco minutos, pero tan jugosos. ¿Qué le parece el homenaje de su mujer a la Callas? es la pregunta. Y es cuando Alagna ya no disimula: «Era el momento justo para que Angela lo hiciera. Me parece increíble la frescura de su voz, y me encanta. Poseen muchos puntos en común, en el modo de cantar y de pisar un teatro y también como mujeres. Es como si ella fuese la hermana de Maria. Me emociona tanto...». No hay nadie que conozca mejor que usted a la señora Gheorgiu, ¿verdad? Deja escapar una carcajada y responde: «Si es un poco diva está en su derecho de serlo porque lo utiliza como protección. Yo la conozco muy bien, madre mía, sé de sus miedos, de sus carencias. Que no hablen quienes no sepan cómo es. Angela, la verdadera Angela, está en este disco».