Miles de franceses protestan contra las expulsiones gitanas

El desmantelamiento durante el mes de agosto de un centenar de campamentos ilegales de romanís y la expulsión de un millar de ellos a sus países de origen, Rumanía y Bulgaria, no sólo ha generado críticas en el ámbito internacional y recelos en las instancias comunitarias sobre la legalidad de estas medidas, sino que ha suscitado un malestar social que ayer llevó a varios miles de franceses a clamar en las calles de toda Francia contra la «represión» y «xenofobia» de su Gobierno. Sin embargo, tal movilización contrasta paradójicamente con una dinámica al alza de la maltrecha popularidad del presidente galo.

Eco internacional
Al contrario de lo que podría esperarse, la opinión pública no sanciona en las encuestas la «mano dura» de Sarkozy, que en agosto y en plena operación contra los asentamientos clandestinos de gitanos, recuperaba dos puntos de confianza según una encuesta de Ifop. Una tendencia confirmada esta semana por un estudio de TNS-Sofres, que mejoraba también en dos puntos, hasta el 30%, la percepción que los franceses tienen del jefe del Estado y la de su primer ministro Fillon, que recogería un 48% de opiniones favorables. Pese a la ritual batalla de cifras –entre 12.000 y 50.000 personas, según la policía y los organizadores– la manifestación de París fue, al grito de «No a la política inhumana de Sarkozy», la más multitudinaria y la que reunió a distintas personalidades políticas de izquierdas, representantes sindicales, asociativos o del mundo de la cultura, que no renunciaron a la tradicional foto y que cedieron la cabecera del cortejo a medio centenar de familias gitanas. En solidaridad con Francia ayer se sucedieron varias manifestaciones en distintos puntos de Europa como Barcelona o Madrid a favor de la causa gitana.