Zaragoza

El jefe de ETA pidió la «baja psicológica» por miedo a estar en un «comando»

El jefe de los «comandos» de ETA, eximido de pertenecer a los mismos porque no soportaba la presión del «combate». Llamativo, pero cierto. Alejandro Zobarán, «Xarla», detenido el pasado jueves en Francia, pidió la «baja psicológica» a los cabecillas de la banda, que no dudaron en concedérsela.

Periodistas y policías montan guardia en torno a la casa donde fueron detenidos «Xarla» y otros tres presuntos terroristas
Periodistas y policías montan guardia en torno a la casa donde fueron detenidos «Xarla» y otros tres presuntos terroristaslarazon

Ocurrió en enero de 2007, cuando estaba en una célula de nombre «Urederra», en la que se había integrado siete meses antes. Zobarán comunicó a la «dirección» lo que ocurría, problemas de ansiedad, y los propios compañeros del «Urederra» certificaron que se le veía muy desmejorado, como un alma en pena. Inmediatamente, se organizó su regreso a territorio galo.

Con el tiempo, y gracias a las sucesivas detenciones de jefes de los distintos «aparatos», un individuo como Zobarán llegó a la cúspide de ETA, lo que da idea del nivel que tienen en la actualidad los terroristas: obligados por la eficacia de las Fuerzas de Seguridad, tienen que asumir responsabilidades. «Xarla» valía para ordenar atentados, pero no para cometer acciones criminales que conllevaran un riesgo, algo que ya ha ocurrido en otras ocasiones.

Su presencia en España sólo duró siete meses. En mayo de 2006, había atravesado la frontera en unión de José Ángel Lerín, «Jaxinto». Su jefe en Francia, Garikoitz Azpiazu, «Txeroki», les había hecho entrega de una pistola a cada uno, dinero en efectivo y documentación falsa.
Nada más pasar la frontera, Lerín y Zobarán se separaron, y este último se dirigió hacia Oyarzun. Los colaboradores de la célula recuerdan que «tocaba en un grupo de música y que vivía en un caserío de Orduña en el que su madre cuidaba vacas».

Las instrucciones de «Txeroki» eran terminantes: el asesinato de Maite Pagazartundúa, hermana de Joseba, al que un «comando» de la banda había matado, y que es presidenta de la Fundación de Víctimas del Terrorismo. Los etarras desistieron por las medidas de seguridad de las que disponía. Demasiado riesgo para «Xarla».

También debían atentar contra el filósofo Fernando Savater, pero no llegaron a localizarlo. Otros objetivos eran un militar de San Sebastián y un repetidor de televisión del monte Jaizkibel.
En su etapa de «legal» (no fichado), «Xarla» había participado en atentados que no suponían ningún riesgo, con bombas temporizadas que hacían explosión cuando este individuo y sus secuaces estaban de regreso a casa. El 17 de diciembre de 2005, colocaron, con la suficiente antelación, un potente artefacto en las instalaciones que la empresa Angulas Aguinaga, en la localidad de Inuya (Guipúzcoa). Zobarán llegó al lugar en bicicleta con una mochila en la que llevaba el artefacto. Después, desde lugar seguro, avisó de la hora en que haría explosión. Lo mismo ocurrió el 5 de enero del año siguiente, con la bomba contra el Parador Nacional de Sos del Rey Católico, en Zaragoza; y en una subestación eléctrica en Aratorés (Huesca).

Sin miramientos

Por otra parte, «Xarla», defendió en un debate interno desarrollado en el seno de la banda, perpetrar atentados «sin reparos» y sin preocuparse por las víctimas que pudiera causar (aunque sin llegar al extremo de los del 11-M). También se mostró favorable a cometer acciones terroristas de gran calado en territorio francés mediante el empleo de coches bomba, según informa Vasco Press. «Tenemos poco que perder, ya que nos han hecho de todo», decía Zobarán, que se declaraba partidario de actuar con menos miramientos.


Temor y valor en dos países
- Alejandro Zobarán es el ejemplo representativo de cómo está ETA. Un individuo al que le daba miedo estar en los «comandos» termina de jefe de los «comandos». La banda tiene que echar mano de lo que tiene y éste es el resultado.
- Una vez cruzada la frontera e integrado en el organigrama, recobró el «valor».
- En España, proponía «golpear sin reparos las instalaciones que tienen repercusión en los ciudadanos: depósitos de agua, pantanos, centros comerciales, trenes».
- En Francia, voladura de un cuartel de la Gendarmería y colocación de coches bomba en una zona de hoteles de Lourdes.