Campaña electoral
Y el Faisán sin aclarar
Tienen razón los sindicatos policiales cuando dicen que el vicepresidente-ministro-portavoz-candidato ha olvidado sus funciones y no se dedica a lo que debe. Por ejemplo, a esclarecer quién fue el responsable del chivatazo del Faisán o a solventar el problema de la Puerta del Sol. Rubalcaba cree que gobernar equivale a permitir que cada uno haga lo que quiera. La concentración madrileña se le ha convertido en una acampada antisistema que aprisiona a los comerciantes, coacciona a los viandantes y produce el rechazo general de muchos ciudadanos. Fundamentalmente porque aquello, otrora una manifestación espontánea justificada contra la crisis, los políticos y la partitocracia, ha degenerado en un festín en el que abunda la suciedad. Con un componente de peligro real que no se debe olvidar. Bombonas, motores gasoil, cocinas improvisadas, tiendas sin agua corriente ni servicios de ningún tipo. Cualquier día nos llevamos un susto. Rubalcaba está muy entretenido soñando con suceder a Zapatero. Entre mítines, ruedas de Prensa, maldades y conspiraciones como la que le acaba de perpetrar a Carme Chacón no tiene tiempo para gobernar. Su fuerte nunca fue la gestión, la verdad. El desastre de la Logse es buena muestra de ello. Pero lo de ahora clama al cielo. No para de acumular cargos, y la puerta del Sol sin desalojar, y el Faisán sin aclarar. Demasiado derroche para este país tan necesitado de soluciones y tan sobrado de confabulaciones.
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