Instituto Cervantes
Dispendio innecesario
Pocos países tienen una riqueza lingüística del nivel y la categoría de España. Nos debemos sentir orgullosos de un hecho cultural tan sobresaliente. Saber y hablar correctamente en cada Comunidad los diferentes idiomas oficiales que, amén del castellano o español, lo son también en al menos cinco autonomías del Estado me parece un hecho incuestionable contra el que nadie con sentido común se manifiesta en este momento. Hubo un tiempo en el que las hoy lenguas co-oficiales estaban perseguidas y corrían el riesgo de desaparecer. Por fortuna ése es un peligro ya inexistente. Gallego, euskera, catalán y valenciano han sido normalizados y los ciudadanos los emplean habitualmente en sus diferentes territorios.
Ahora el problema está en evitar algunos de los excesos a los que son dadas determinadas formaciones políticas nacionalistas o secesionistas. En vez de velar por el bilingüismo pretenden implantar de facto un sistema de lengua exclusiva en el que el castellano sea menos importante que el inglés. Grave error. Borrar de la vida cotidiana al segundo idioma más hablado del mundo es un lujo tan inconsciente como estúpido. Igual que es un lujo injustificable pagar por servicios de traducción simultánea en el Senado cuando todos hablamos y conocemos perfectamente la lengua común. No se entiende nada este nuevo dispendio del denominado Estado de las Autonomías en unos tiempos de crisis en los que cualquier ahorro es más que relevante.
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