Navarra

ETA: «El PP no nos puede pillar con los pantalones bajados»

La detención hace un mes en la frontera de Italia con Francia, de un etarra que había comprado material para fabricar bombas y el arresto, el pasado 30 de julio en territorio galo, de otro pistolero, Oier Aldanaz, ha permitido a los investigadores saber que la banda ha logrado reorganizar su «aparato logístico», según han informado a LA RAZÓN fuentes antiterroristas.

Agentes de la Policía francesa durante una operación contra ETA en Bayona
Agentes de la Policía francesa durante una operación contra ETA en Bayonalarazon

Con ser preocupante este dato, aún lo es más el hecho de que, según comunicaciones de etarras conocidas por las Fuerzas de Seguridad, la razón «política» de esta reorganización se deba al temor que tienen a un triunfo del Partido Popular en las elecciones. Los terroristas tratan de evitar que esa victoria les coja sin la suficiente capacidad de amenaza, «con los pantalones bajados», como ha comentado uno de ellos.

Alarma
La detención de Iñaki Domínguez, que volvía a Francia desde Italia con material para construir artefactos explosivos, encendió las alarmas, que aumentaron al comprobar que Aldanaz pertenecía, como el primero, al «aparato logístico». El coche que intentaba robar en una granja de Jumilhac le Grand, a unos 50 kilómetros de Limoges, era para el traslado de materiales. Domínguez había sido enviado a Italia con «un pedido», que cumplimentó en tiendas de Turín y de otras localidades más al sur. Los investigadores han logrado reconstruir algunos de sus movimientos por el país transalpino, al que se desplazó en solitario con el fin de levantar menos sospechas. Los datos de que se dispone hasta ahora demuestran que iba con una misión concreta, cuyo destino final es la comisión de atentados, porque nadie compra determinados materiales para «coleccionarlos» o «entregárselos al abogado sudafricano Brian Currin en señal de buena voluntad», agregaron.
Aldanaz y el otro etarra que logró huir iban armados. Al verse sorprendidos, embistieron con el coche, también robado, con el que habían llegado al lugar contra el de los granjeros, que trataban de alcanzarles. Una reacción de extremada violencia que no hace pensar en abandono de las armas o rendición, extremos confirmados en el comunicado de ETA, fechado el 7 de julio, publicado en «Gara» una semana después.
Un triunfo del Partido Popular en las elecciones generales preocupa en la banda. Los cabecillas son conscientes de que la propuesta que hagan de negociación al Gobierno de Rajoy no tendrá la respuesta entusiasta que se produjo con Rodríguez Zapatero. Sin embargo, son pragmáticos y se preparan para un escenario que no les gusta, pero con el que, muy probablemente, tendrán que convivir. De ahí, la necesidad de rearmarse, de reorganizar, en la medida de lo posible, las estructuras criminales, para, si es preciso, demostrar al Ejecutivo del PP que no están acabados y que pueden hacer mucho daño.
La convalidación de las listas de Bildu, que ha supuesto para ETA la consolidación de un «Frente Político» con una tremenda fuerza (que le permitirá «acreditar» respaldo social a las decisiones que pueda adoptar), se convierte, de esta manera, en un lastre para un Gobierno presidido por Rajoy. De vencer en los comicios, se topará con una banda reforzada en todos sus «aparatos», y todo ello por culpa de una serie de iniciativas equivocadas, adoptadas en los últimos meses de la legislatura.
ETA mantiene su «dirección» «militar» y «logística» en Francia, pero gran parte de las decisiones «políticas» se han trasladado ahora a España. Es cierto que los cabecillas, Irache Sorzábal y David Pla, se esconden en territorio galo, pero, en un momento tan dinámico, sobre todo después de los resultados electorales de Bildu y la vuelta de Batasuna a las instituciones, algunos de sus miembros más destacados actúan, por razones operativas, desde el País Vasco y Navarra.

Chantaje
Una de las argucias en la que trabajan los elementos de esta sección etarra que viven en territorio español es la de hacer llegar al Gobierno, de forma indirecta, que una condena de los imputados en el «caso Bateragune», entre ellos Arnaldo Otegi, supondría dar la razón a los duros de ETA, que ponen en cuestión las cacareadas «vías políticas y pacíficas». Se trata, según las fuentes consultadas, de un vulgar chantaje cuya finalidad es la de que, como ocurrió con Bildu, las instituciones cedan y se pueda así continuar con el «proceso».

Máxima clandestinidad lluvias
Las detenciones de Iñaki Domínguez y Oier Aldanaz han provocado que los miembros del «aparato logístico» hayan extremado las medidas de clandestinidad, con el fin de evitar nuevos arrestos. El robo de materiales para falsificar documentos, en diciembre del año pasado en Francia, demuestra que este «aparato» se encuentra activo pese a la declaración de alto el fuego.