Impuestos

Economía sumergida por Carmen Gurruchaga

La Razón
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España es, con toda probabilidad, uno de los países grandes de Europa en el que la picaresca nacional está afectando severamente a la economía. Muchos españoles carecen de un sentido solidario del Estado y no son conscientes de que sus trampas al fisco nos afectan a todos los demás. Si, por ejemplo, en una comunidad de propietarios algunos vecinos dejan de pagar los gastos comunes, el resto afeará su conducta y les demandará; porque son conscientes de que sus deudas repercutirán en los que sí pagan.
Lo mismo sucede con la famosa frase de ¿con IVA o sin IVA?, con el trabajo en negro mientras se cobra el paro, con no tributar por beneficios, o cualquier otro fraude a Hacienda. Y lo peor es que aquí, quien defrauda no se esconde sino que saca pecho para demostrar lo listo que es y, mientras tanto, el resto no sólo no le denuncia sino que paga sus sinvergonzonerías. Si en España el fraude fiscal no fuera tan elevado, probablemente no sería necesario subir el IVA, porque el Estado habría recaudado más por este concepto.
Pero como una cosas son los deseos y otra, la realidad, parece que en breve llegarán nuevas medidas que nos obligarán a apretarnos el cinturón si queremos que la UE nos eche un cable a la hora de financiar a los bancos. A Europa no le gustó que el Gobierno subiera las rentas del trabajo y ha vuelto a «recomendar» que se desvíe la recaudación desde el IRPF hacia los impuestos indirectos y el IVA. Esto significa que prácticamente van a subir todos los bienes de consumo, que es una forma de devaluar la moneda. Otro apartado fundamental es el control del gasto de las CC AA, que es lo que más preocupa a nuestros socios europeos.