Lotería de Navidad
El ocaso del décimo
Las administraciones reciben preocupadas la privatización de parte de Loterías y Apuestas del Estado. Creen que el anuncio del Gobierno puede repercutir negativamente en la campaña de Navidad
MADRID- La privatización parcial de Loterías y Apuestas del Estado (LAE) ha caído como un jarro de agua fría entre el gremio de loteros madrileños. A 20 días del «gran día» y en pleno apogeo de ventas la mayoría de estos «vendedores de ilusión» –como ellos mismos se autodenominan– criticaron ayer la medida del gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero de privatizar el 30 por ciento de LAE. «Buena parte de los ingresos pasarán a manos de entidades privadas», puntualizó ayer Manuel Izquierdo, presidente de Anapal (Agrupación Nacional de Asociaciones Provinciales de Administraciones de Lotería), quien advirtió que «LAE genera tres millones de euros limpios para el Tesoro Público, un patrimonio que repercute en todos». Para Izquierdo el afán del gobierno es modernizar el modelo, lo que en un principio generaría beneficios pero, al introducir «máquinas irán sobrando trabajadores y habrá que despedirlos».
Es decir, que desde el próximo año el décimo de Lotería se podría comprar en cualquier máquina expendedora, lo que para muchos significaría también la pérdida de la esencia de la Lotería. Desde la Administración 139 «Doña Ana», lo ven claro: «Habrá muchos más puntos de venta, por lo que tendremos que repartir la tarta en más trozos y tocaremos a mucho menos», simplificó Francisco López. «Muchos se verán obligados a echar el cierre de sus administraciones», advirtió.
«Llevamos toda la vida perteneciendo al Estado y creo que hemos reportado bastantes beneficios, por eso no nos parece bien que ahora se trate de hacer experimentos con nosotros», explicó.
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