Bilbao

El preso más antiguo de ETA saldrá el 13 de abril

José María Sagarduy cumplirá 30 años y nueve meses de prisión. Es el primer etarra en cumplir de forma íntegra y efectiva sus penas

Otegi, durante el homenaje a Sagarduy llevado a cabo en 2005
Otegi, durante el homenaje a Sagarduy llevado a cabo en 2005larazon

Madrid- 9 de julio de 1980. Ese día ingresa en prisión el etarra José María Sagarduy Moja, «Gatza». 13 de abril de 2011 es la fecha prevista para que abandone la cárcel de Jaén, en la que ha permanecido los últimos años, según confirmaron a LA RAZÓN fuentes penitenciarias. Habrá pasado entre rejas 30 años, nueves meses y cuatro días, teniendo el más que dudoso «honor» de convertirse en el preso que más tiempo ha pasado de forma ininterrumpida en una cárcel y el primer etarra que cumple de forma íntegra y efectiva, día a día, ese tiempo. Cuando recupere la libertad tendrá 52 años. Con el vigente Código Penal, los miembros de la banda terrorista pueden llegar a cumplir hasta 40 años de cárcel.

Dos asesinatos consumados y otro frustrado, tenencia ilícita de armas y explosivos, agresión a un funcionario de prisiones y un intento de fuga son los delitos por los que ha tenido que purgar durante todo este tiempo, sin que haya dado muestra del más mínimo arrepentimiento de sus acciones terroristas.

Tras su detención, Sagarduy fue juzgado en la Audiencia Nacional. Tenía que responder por no pocos delitos cometidos dentro de la banda terrorista ETA, en la que ingresó desde muy joven y no dudó en coger una pistola y segar vidas cuando tenía poco más de 20 años. La noche del 2 de noviembre de 1978 comete su primer atentado criminal. Entra en un bar de Guernica (Vizcaya) y allí, a sangre fría, acaba con la vida de Juan Cruz Hurtado –que era conocido por sus ideas antinacionalistas–, cuando se encontraba en la barra del local junto a su novia, que resulta herida de gravedad.

Era el inicio de una actividad terrorista que tendría su macabra continuación apenas un año después. El 27 de diciembre de ese mismo año acabó con la vida de José María Arrizabalaga, que entonces tenía poco más de 20 años y era jefe de las Juventudes Tradicionalistas de Vizcaya. Se encontraba en la biblioteca pública del Ayuntamiento de Ondárroa, donde trabajaba, cuando la banda terrorista le asesinó. Pero, además, Sagarduy ha cumplido condena por el asesinato frustrado y atentado contra el entonces Jefe de la Policía Municipal de Guernica. En total, la Audiencia le impuso penas que sumaban 70 años de cárcel.

Al ser condenado por el anterior Código Penal, Sagarduy, al igual que todos los presos, tenía derecho a las redenciones penitenciarias, lo que acortaba sensiblemente el tiempo en la cárcel. Sin embargo, en 1992 intentó fugarse de la cárcel de Granada, donde entonces estaba recluido, y pretendió hacerlo por el mismo lugar por el que días antes se evadió el miembro del Grapo Silva Sande. No sólo no logró su objetivo, sino que tuvo que ser escayolado por las lesiones que sufrió. La consecuencia de ello fue que se cancelaron todos los beneficios penitenciarios que tenía acumulados y que fuera condenado a tres meses de prisión.

No paró ahí su «currículum» en prisión, ya que en otra ocasión agredió a un funcionario. Otros seis meses de cárcel. Su comportamiento ha determinado que gran parte de su permanencia en las 13 cárceles por las que ha pasado estuviese clasificado en primer grado, lo que implica pasar casi todo el día en una celda de diez metros cuadrados. Visitas semanales de 20 minutos, a través de un cristal, y los «vis a vis» han sido su único «contacto con el exterior» todos estos años.

En 2009, la Audiencia Nacional le aplicó la «doctrina Parot», lo que impidió que fuese excarcelado ese año. Por ello, tuvo que cumplir los 30 años de forma íntegra y efectiva de condena máxima que estaba previsto entonces para delitos relacionados con el terrorismo. El pasado mes de julio cumplió esa condena. Sin embargo, una vez saldada la misma, tenía que comenzar a cumplir las impuestas por el intento de fuga y agresión al funcionario, es decir, otros nueve meses, toda vez que esos delitos no tenián conexión alguna con los de terrorismo.


Protagonista de la marcha
Precisamente, José María Sagarduy se convirtió en «protagonista» de la manifestación que se celebró el pasado sábado en Bilbao, donde unos asistentes portaban un cartel de grandes dimensiones con su fotografía. El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz investiga si en ella se pudo cometer un delito de enaltecimiento del terrorismo. Ayer mismo citó a declarar, a instancias de la Fiscalía, a quien aparece como convocante, el sacerdote Félix Placer Ugarte, tal como adelantó este periódico. Lo hará el día 21, en calidad de testigo.

Además, las palabras pronunciadas por Arnaldo Otegi en el homenaje que se le tributó en Amorebieta (Vizcaya), en 2005, le valieron una condena de dos años de cárcel por un delito de enaltecimiento del terrorismo, sentencia que todavía no es firme.


TRAYECTORIA
ENTRA EN ETA
José María Sagarduy Moja, «Gatza», entró a formar parte de ETA con poco más de 20 años.
PRIMER ASESINATO
La noche del 2 de noviembre de 1978 comete su primer atentado criminal. Entra en un bar de Guernica (Vizcaya) y, a sangre fría, acaba con la vida de Juan Cruz Hurtado y deja herida grave a su novia.
VUELVE A MATAR
El 27 de diciembre acaba con la vida de José María Arrizabalaga en la biblioteca pública del Ayuntamiento de Ondárroa, donde trabajaba.
CONDENA
Sagarduy cumple condena por el atentado frustrado contra el Jefe de la Policía Municipal de Guernica. La Audiencia le impuso penas de 70 años de cárcel.
INTENTO DE FUGA
En 1992 intentó fugarse de la cárcel de Granada, donde entonces estaba recluido.
«DOCTRINA PAROT»
En 2009 se le aplicó la «doctrina Parot», lo que impidió que fuese excarcelado ese año.


Otegi, otra vez de «bolos»
- El portavoz de Batasuna, Arnaldo Otegi, preso en la cárcel de Logroño, considera, en declaraciones realizadas al diario «Gara», que la aceptación de la Ley de Partidos, para que una nueva formación de la llamada «izquierda abertzale» pueda ser inscrita, es un «precio» que hay que pagar.
- Sin embargo, precisa que «hay un único precio que no pagaríamos jamás: renunciar a la lucha por conquistar una Euskal Herria independiente y socialista» y que «nuestra apuesta va mas allá de estas elecciones y tiene un componente estratégico».
- Para Otegi, el Estado tendrá que asumir una «gestión política para construir un escenario de soluciones definitivas. El proceso de soluciones es un proceso que debe ser propiedad de todos, y todos tenemos que coparticipar en el mismo».
- Y advierte, él que está en la cárcel, de que «la libertad del conjunto de los presos políticos debe ser abordada en el inicio del proceso de diálogo y negociación, como ámbito autónomo de negociación entre ETA y el Estado, sin esperar a acuerdos políticos de carácter resolutivo».