Ciencia y Tecnología
El final de las direcciones de internet un nuevo efecto 2000
¿Se acaban las direcciones de internet?, ¿estamos ante una especie de efecto 2000 de la red?, ¿nos enfrentamos a un colapso de la web? Eso podría desprenderse de la entrega, por parte de la Agencia de Asignación de Números de Internet (IANA en sus siglas en inglés), del último lote de direcciones IP que quedaban, en total 33 millones.
¿Qué quiere decir esto? Pues que ya no hay más IP –etiqueta con que se identifica cada dispositivo que se conecta a internet– y que cada uno de los cinco organismos de gestión existentes –uno para cada zona geográfica– tendrá que administrar como pueda las que aún tenga en stock. En el caso de Europa, son casi 17 millones.
Estas cantidades parecen enormes, pero, según las previsiones, con el protocolo de asignación de direcciones actual, conocido como IPv4, dicha cifra apenas nos permitiría llegar hasta septiembre. A partir de ahí, o cambiamos de protocolo o sí que estaríamos ante un auténtico problema, pues el existente no da más de sí.
Evidentemente, cuando se creó este protocolo, nadie podía imaginar que el éxito de internet sería tal que el IPv4 se podría agotar tan rápidamente. Este protocolo utiliza direcciones codificadas en 32 bits y tiene capacidad para casi 4.300 millones de direcciones. El caso es que, desde los años setenta –en que nació dicho protocolo– hasta ahora, las direcciones se fueron distribuyendo, muchas veces sin control, hasta que se ha llegado al borde del colapso.
Sin embargo, y pese a las voces más catastrofistas, nada parece indicar que tal situación apocalíptica vaya a llegar, entre otras cosas porque ya se viene trabajando en el nuevo protocolo, conocido como IPv6, que está funcionando paralelamente al actual y para el que ya están preparados YouTube, Facebook o Google.
Vale, pero de cara al internauta, al ciudadano de a pie que se conecta a internet desde su ordenador o su dispositivo móvil, ¿qué significa todo esto?, ¿en qué medida le afecta? Pues en realidad, este problema no debería preocuparle en absoluto, pues debe ser su proveedor de internet, la empresa que le suministra el acceso a la red, el que debe hacer la migración al nuevo protocolo. Está claro que durante una larga temporada, hasta que se produzca el trasvase total de un sistema a otro, ambos convivirán –entre dos y cinco años, según las fuentes–, pero eso no debería suponer ninguna anomalía en el funcionamiento de la red, aunque no se descarta que pueda haber alguna pequeña incidencia puntual.
Pero ¿qué ventajas tiene el IPv6 sobre el IPv4? Pues, básicamente, que permitirá alrededor de 340 sextillones de direcciones, una cifra que debería ser suficiente para una larga temporada.
El 8 de junio, la gran prueba
Para testar qué puede ocurrir cuando se produzca la transición del viejo protocolo al nuevo, los principales gigantes informáticos del mundo, entre ellos Google, Facebook, Yahoo! o Akamai, coordinados por la Internet Society, han decidido llevar a cabo una prueba a escala global el próximo día 8 de junio, jornada que han bautizado ya como el «World IPv6 Day». Ese día, durante 24 horas, las empresas citadas trabajarán sobre el nuevo protocolo, es decir, que ofrecerán sus servicios sobre direcciones IPv6. Sumando todas las compañías, se calcula que ese día se contabilizarán más de un billón de cargas de páginas vistas. El objetivo es que sólo un 0,05% de los usuarios presente algún tipo de problema.
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