«El arte es una solución a las injusticias políticas»

MURCIA- Tímido, poco amigo de los flashes y más bien escueto en sus explicaciones, el genial realizador iraní Abbas Kiarostami (Teherán, 1940) aparecía ayer ante la expectación de los periodistas que no daban crédito de tener, ante sí, a uno de los cineastas más importantes del panorama internacional. Como de costumbre, Kiarostami escondía sus ojos tras las gafas oscuras que habitualmente viste. Una barrera que no supuso un obstáculo para advertir esa mirada del poeta de las imágenes que tiene que salir de Irán para rodar las historias que siente y quiere contar.

«Las limitaciones no son agradables, pero lo más importante es qué hacemos con este descontento: ¿Dejamos de trabajar o buscamos soluciones para seguir en el camino como artistas y poder conseguir éxitos y no dejar de hacer cosas?», se preguntó ayer en Murcia donde impartirá un taller de cine (para el que ya no quedan plazas) y recogerá el premio honorífico del tercer Festival Internacional sobre Viaje y Creación Ibn Arabí. En este sentido recordó que «yo mismo he crecido con esas limitaciones para hacer cine en mi país pero nunca han conseguido pararme», razón por la que ahora no trabaja en Irán, donde sí reside. «Se trata de buscar soluciones para seguir en esta profesión, que no podemos dejar». «El arte es una solución a las injusticias políticas, pero no a corto plazo, es un camino de largo recorrido». «No podemos tener la esperanza de que con dos películas o un libro un artista pueda cambiar la situación social de su entorno». «La cultura y el arte llevan un largo camino», sentenció este creador que defiende que «el arte es para informar a la gente, para sacarla de la ignorancia, ya que esto es la base de cualquier cambio». «Ni siquiera estoy seguro de poder expresarme con mi cine, porque dicen que el poder de la creación es esconderse tras ella», añadió.

El ganador de una Palma de Oro en el festival de Cannes por «El sabor de las cerezas» (1997) y de sendas Espigas de Oro en la Seminci de Valladolid con «A través de los olivos» (1994) y «Copia certificada» (2010) desveló que acaba de terminar su última película en Japón, porque «las limitaciones de Irán son obstáculos para algunos temas, como el triángulo amoroso que planteo en ella».

De su rodaje en el país nipón, indicó que «quería tener una experiencia con un idioma y una cultura de la que no sé nada», al tiempo que se mostró convencido de que «el espectador no se dará cuenta de que la ha hecho alguien que no entiende nada de esa cultura». Al ser preguntado por el giro de su filmografía con «Copia certificada», con la que regresa al terreno de la ficción narrativa y es la primera rodada fuera de Irán, descartó que fuera «repentino», y aseguró que el público encontrará en su nueva película «un nuevo giro».

Por otro lado, mostró su satisfacción por el Oscar otorgado, la madrugada del pasado lunes, a la cinta iraní «Nader y Simin: una separación» de Asghar Farhadi. Una alegría más allá del trabajo artístico de su paisano. «Este premio da la oportunidad de que se hable de Irán no solo por las noticias políticas». «Cuando uno ve las noticias más importantes de mi país se queda cabizbajo, por ello me gusta que se hable de la cultura y el arte persa».

Del taller que impartirá, desde hoy hasta el próximo 9 de marzo, a una treintena de alumnos en el Puertas de Castilla, explicó que «intentaré que los alumnos conozcan y aprendan una manera de hacer cine que quizá no es muy corriente». Lo más importante, continuó, «es que descubran que la realización se puede hacer con pocos medios y limitadas posibilidades de producción».

Entre estos estudiantes de cine y jóvenes realizadores, afirmó sentirse de nuevo «en el ámbito de la creación, y no en el del negocio». A su vez, indicó que «mis mejores recuerdos están en los pequeños festivales, porque es en estos donde tienen lugar las relaciones sociales». «Yo vengo aquí a pasar diez días agradables con los estudiantes de cine y repetir las experiencias que viví cuando era estudiante de este arte». Por último, comentó que no pasa un año sin hacer un par de cortometrajes.

Premio honorífico a Kiarostami
El cineasta estuvo acompañado por el alcalde de Murcia, Miguel Ángel Cámara; el concejal de Cultura, Rafael Gómez; la directora del Puertas de Castilla, Marta López Briones, y el cineasta iraní, Mahmoud Reza. También acudieron otros iraníes afincados en la Región admiradores de la obra de Kiarostami. El premio honorífico del jurado se otorgará a Kiarostami.