Primavera en menta y limón

¿Quién dijo mala suerte? El amarillo, repudiado por Molière, pero rey indiscutible de la pasarela parisina, se despide de la alfombra para pisar el asfalto. Su compañero de viaje, el menta. Rayos de luz para refrescar un más que sobrecargado ambiente. La paleta más optimista.

En primera fila del Vetoshny Pereulok, la modelo y actriz Olivia Palermo, muy tigresa, no perdía ripio junto a su también espectacular novio, el maniquí Johannes Huebl, de riguroso azul marino. En la mesa contigua y no menos elegante, el embajador de España en Rusia, Juan Antonio March Pujol, firme apoyo del diseño patrio y en particular de la firma de Isak Andic, segunda fortuna española según Forbes y puesto 159 en el mundo. Poder en estado puro que se refleja en la meteórica expansión de la firma en Rusia, donde ya cuentan con 73 tiendas, once de ellas en el Moscú más «trendy».

A ritmo de pliegue
Y nadie como los moscovitas para ir a la última. Para el día, clara apuesta por los vestidos camiseros, que con un buen complemento también son perfectos para la noche, y, a la caída del sol, tonos sandía apagados o salmón en vestidos largos que se ajustan como una segunda piel al cuerpo femenino y que se despiden a la altura de la cadera con elegantes pliegues que aportan vaporosidad a los movimientos. Sobriedad y sutileza en líneas uniformes. Colores nude y tonos bronce completan la gama.

Pero no sólo del vestido femenino vive Mango. Para ellos ha creado una línea muy funcional y sport. Tejidos de algodón con tacto de papel y vaquero, mucho vaquero, en tonos desteñidos para ellos y uniformes para ellas. Todo con un crisol de rayas en las camisetas que aportan frescura, vitalidad y un toque muy juvenil.

La próxima parada de la firma catalana es Shangái. El objetivo: afianzar su peso en Asia.