Murcia
Institutos cochambrosos por Idoia Arbillaga
Qué feo título y qué pesarosa verdad. En muchos institutos el año pasado no se cobró el 40 por ciento del presupuesto y de este año sólo se ha recibido el 30 por ciento. De ahí que a algunos ya se les haya tenido que cortar la luz. ¿Cómo dar clase en invierno a las 8.15 a.m. sin luz?
No es un problema que incumba a la señora Merkel. La situación es tan extrema que si se rompe en un aula un cañón proyector, un ordenador del centro o una silla, no hay dinero para reponerlo. Así pues, el profesor debe ceñirse a las tecnológicas exigencias de los programas docentes del estado, pero no tenemos el material adecuado.
Muchos institutos de enseñanza secundaria españoles están exactamente igual que hace 30 años, así lo atestiguan profesores que hoy día imparten clase en el centro al que asistían de adolescentes, y se mofan con tristeza de que el salón de actos tenga los mismos cortinones oscuros y polvorientos que cuando él se vestía de pirata, para una obra de teatro allí representada cuando tenía 15 años.
Lo que antes impartían 120 profesores en centros de 1000 alumnos, ahora lo imparten 80 profesores con horarios saturados y muchos más alumnos por profesor. No da tiempo material a preparar clases, ni a corregir. En algunos grupos hay 48 alumnos… ¡de los de ahora, más habladores, revoltosos, agresivos! Y no se queja el profesor de que le bajen el sueldo y encima deba trabajar más, ni de que si un día se queda en cama porque el médico lo prescribe se le quite hasta el 80 por ciento del sueldo, no, no se queja de eso. La dolorosa protesta que el docente ejerce la realiza por sus alumnos, por estos jóvenes españoles de hoy que cada vez poseen unas peores condiciones de enseñanza. La formación de esta generación me da pánico, lo afirmo porque entre otras cosas, soy profesora.
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