El último crimen eleva a 60 las víctimas de violencia machista

Sucedió en la localidad mallorquina de Pollensa. La víctima, una keniata de 50 años. El presunto agresor, un español 36 años mayor que ella, con el que había convivido y tenía en común un hijo de 21, pero del que había decidido separarse. Una discusión en el domicilio donde vivía la víctima, a primera hora de la mañana de ayer, fue el detonante para que el octogenario se subiera en su vehículo y atropellara mortalmente a su mujer, de la que no consta que hubiera presentado denuncias previas por malos tratos. Tras pasarle por encima y arrastrarla hasta un camino colindante con la vivienda, conocido como el de Cerdá Canedes, el hombre hizo amago de arrepentirse e intentó socorrerla.

Todo sucedió en presencia del hijo de la pareja, de 21 años, que junto a su padre subió a la madre, todavía con vida, al mismo coche para trasladarla a un centro sanitario de la localidad. Allí fue donde la mujer, finalmente, falleció. Así lo confirmaron fuentes de la Guardia Civil. El presunto agresor, por su parte, fue detenido y trasladado a la Comandancia del Instituto Armado.

La consejera de Bienestar Social de Baleares, Fina Santiago, hizo ayer hincapié en que la víctima, que es la segunda en la comunidad autónoma en lo que va de año, no había denunciado a su ex compañero sentimental. Se trata de la misma situación en la que se encontraban la mayoría de las mujeres muertas este año a manos de sus parejas. De las 60 víctimas, sólo 14 habían denunciado a su agresor, de acuerdo con la estadística de la Secretaría de Estado de Igualdad.

La última mujer asesinada también pertenece al 40 por ciento de las víctimas de nacionalidad extranjera y, al igual que otras 24 mujeres, estaba en fase de separación de su pareja, con la que ya no convivía.