Elecciones generales

Gobierno en la sombra

La Razón
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Cuando el lector tenga entre sus manos estas páginas, los españoles andaremos metidos en plena jornada de reflexión, esa jornada en la que posiblemente nadie reflexione porque ya lo ha hecho antes. Siempre he dicho que estos días parecían más pensados en los políticos que en los ciudadanos, y digo políticos y equipos porque han sido ellos los que a lo largo de 15 días se han recorrido la geografía nacional, realizado centenares de actos y encuentros y se han metido en el cuerpo varios miles de kilómetros. Por eso digo que esta jornada está más pensada en ellos que no en nosotros, que con solo acudir a las urnas este domingo tenemos más que suficiente para poner a todos en su sitio. Y volviendo al principio, cuando el lector tenga este periódico en sus manos, estaremos de reflexión. ¿Pero de qué sirve la reflexión si ya tenemos decidido el voto y más claramente que nunca, especialmente en esta ocasión, donde el hartazgo hacia el Gobierno se vio a principios de año y más tarde en las autónomicas y municipales del 22 de mayo? Días atrás ya escribía del fuego lento al que nos está sometiendo el Gobierno con el retraso electoral que se ha producido, pero quien decidió eso no fue Zapatero, sino el propio Rubalcaba que buscaba un repunte económico después del verano que no se produjo y que habría cambiado las cosas totalmente para él. Ahora ya toca cambiar de rumbo y de forma rápida, pues cada día que pasa es un día perdido más para llevar a cabo las reformas que tocan. Todo eso ya lo tenemos reflexionado, aunque siempre consuele más saber que el equipo del PP, con Rajoy a la cabeza, viene trabajando desde hace meses con un gobierno en la sombra sobre cada reforma o sector que deberá ser tocado para poner la maquinaría económica a punto. Sabemos que Rajoy lo ha hecho, aunque no podamos decir lo mismo de los actuales gobernates, metidos de lleno en peleas sucesorias y políticas erráticas que no han hecho más que ponernos al borde de la recesión y la bancarrota. Desde el equipo de Rajoy, se reclama ahora acelerar los plazos para la transición al nuevo gabinete, pues no podemos permitirnos el lujo de esperar hasta enero para que el nuevo equipo entre en funcionamiento, por eso se pide que se acelere todo este proceso último de modo que no sea a principios de año cuando se eche a andar de verdad. Debemos aguantar como sea, pero el equipo de Rajoy debe tenerlo todo a punto para el próximo lunes, 21 de noviembre, el día siguiente, donde continuarán los vaivenes de los mercados y, sobre todo, de los especuladores. España no se puede permitir eso. Toca trabajar desde ya, porque 2011 ha sido un año perdido en el que nos hemos mirado al ombligo y así nos vamos todos al garete. Todas las leyes deben estar a punto para arrancar cuanto antes, porque como bien decía el ilustre diplomático murciano, Saavedra Fajardo, «Sobre las piedras de las leyes, no de la voluntad, se fundamente la verdadera política». Los españoles, como los griegos, portugueses, irlandeses y ahora italianos estamos pagando la deuda por la prima de riesgo más cara que nunca. Nada hace pensar que los mercados vayan a cambiar de la noche a la mañana. Ayer, de nuevo, superamos los 450 puntos y nuestro dinero se devalúa a marchas forzadas. Por eso urge tomar medidas cuanto antes. Medidas que Rajoy ya sabe en qué consisten y que todos los españoles también sabemos que pasan por ajustes económicos de una voracidad extrema. Pero no hay que tener miedo. Es la hora de los valientes porque la ruina siempre será peor.