Sevilla
No ganó el «cambio»
No ganó el «cambio». Aunque los dos candidatos a la Secretaría General del PSOE habían estado en los aparatos de poder del pasado, Chacón, el bebé probeta de Zapatero en ajustada definición de Ignacio Camacho, apostó por apropiarse del eslogan del «cambio», una apuesta segura en situaciones desesperadas. Por el «cambio» ganaron González, Aznar y ahora Rajoy. Por eso, dado que los militantes del PSOE nunca habían mordido tanto polvo como ahora, la apuesta por el cambio de Chacón parecía la segura.
La campaña precongresual así lo apuntaba, porque ha sido fiel reflejo de esa dicotomía: «cambio» frente a «experiencia». Campaña en color de Chacón, frente al blanco y negro de Rubalcaba. Eslóganes de futuro frente a reivindicaciones históricas. La candidata ilusionante de Chacón, frente al «candidato a palos» de Rubalcaba, un hombre esforzado nuevamente por su partido. Pero, contra pronóstico, los delegados en Sevilla han preferido no arriesgar, han optado por el currículo de veteranía frente al aventurismo, habida cuenta de que en ningún caso había renovación.
La votación de ayer eleva a la Secretaría General del PSOE a Rubalcaba y le devuelve nuevamente ese halo de estratega que siempre tuvo. Tras el fracaso en las generales, nuestro Fouché ha sabido reconstruirse entre los suyos. Victoria también para Felipe y derrota entre bambalinas para Zapatero.
La clave es que Rubalcaba había conseguido arremolinar en torno suyo a corrientes irreconciliables hasta ahora, quién lo iba a decir, como a los felipistas y los guerristas unidos en santa hermandad para votarle, reunidos en comunión para salvar las raíces históricas del partido. «Nos roban el PSOE de siempre» era el temor de la vieja guarda frente al empuje de los chaconistas, y esto al final es lo que ha sucedido. Se reinstaura a Felipe y se entierra definitivamente al zapaterismo gaseoso encarnado en Chacón –no diré yo la frase machista de Rodríguez Ibarra de que Chacón es Zapatero con faldas–. Por una vez, y sin que sirva de precedente, la imprevisible militancia del PSOE ha elegido la oficialidad.
¿Pero qué pasará a partir de ahora? Rubalcaba hereda un PSOE partido en dos. Prácticamente todas las federaciones se han presentado al Congreso divididas, por lo que mucho será el trabajo de reconstrucción. Pero además falta por despejar la principal incógnita: las elecciones andaluzas. Si el PSOE las pierde, el nuevo secretario general sólo tendrá miseria para administrar. Con una certeza: Chacón ya ha anunciado que aspirará a ser la candidata del PSOE en las próximas elecciones generales, o sea, que los socialistas en tres años tendrán primarias. Una espada de Damocles para Rubalcaba. Sólo él puede ser generoso para integrar a Chacón en la nueva estructura. Pero que nadie se engañe, ella no escuchará voces de sirenas. Sus aspiraciones políticas, a pesar de esta derrota, siguen intactas.
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