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Motor verde: los coches eléctricos aceleran en España

Hace 15 años, los coches impulsados por energías alternativas formaban parte de los sueños de los departamentos de innovación de los fabricantes. La generalización de esta clase de automóviles significará un antes y un después en el mercado de la automoción y un cambio de hábitos para los conductores que se decidan por un vehículo ecológico, que todavía presenta muchas dudas, pero, sobre todo, muchas ventajas 

Motor verde: los coches eléctricos aceleran en España
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El 4 de abril de 1900, Porsche presentó en el salón del automóvil de París un modelo impulsado exclusivamente por motores eléctricos, algo que desconcertó a la industria de la automoción. Incluso, la NASA empleó esta tecnología para algunos de sus cohetes décadas después. Sin embargo, los propulsores térmicos de gasolina y diésel se consolidaron como la vía a seguir. Ahora, más de un siglo después, las circunstancias obligan a retomar la idea.
Hace 15 años, los coches impulsados por energías alternativas formaban parte de los sueños de los departamentos de innovación de las fábricas de automóviles. Es decir, quedaban muy lejos de la realidad y casi nadie apostaba por una rápida implantación. El tiempo ha pasado y, por fin, los coches eléctricos se mezclan con los vehículos convencionales en los concesionarios de, hasta el momento, pocas marcas. La llegada de esta clase de automóviles supone un cambio drástico en los hábitos de los conductores, aunque eso sí, queda mucho camino por recorrer. La carrera ha empezado y en 2011 ya es posible optar por varios modelos.
Hasta el momento, en España se comercializan tres formas de propulsión: los ya conocidos híbridos que alternan la fuerza de dos motores, uno de gasolina y otro eléctrico que funciona sobre todo en ciudad (Toyota Prius, Lexus RX450 h, Infiniti M35 h); el modo completamente eléctrico que necesita ser alimentado mediante la recarga en enchufes convencionales de 220 v como los de casa (Nissan Leaf, Renault Twizy y Mitsubishi iMiev); y por último, el sistema por el que ha optado el fabricante americano General Motors, que mira al futuro y a la vez, es capaz de solucionar los inconvenientes que provocan los primeros pasos de una nueva tecnología. Es el caso del Opel Ampera o el Chevrolet Volt, que son impulsados exclusivamente por un motor eléctrico enchufable, aunque dispone de un pequeño bloque de gasolina que entra en acción sólo para alimentar las baterías y aumentar su capacidad.

Dudas antes de comprar
Quienes desean tener un coche eléctrico se enfrentan a muchas dudas antes de formalizar la compra. La autonomía, la distancia que puede recorrer el coche es la más habitual, mientras que otras hacen referencia a las ayudas gubernamentales (sólo hasta 2012), dónde recargar, el coste respecto a la gasolina o el diésel, la seguridad…
En el primer caso, los híbridos puros, el rango de kilómetros no supone un problema, ya que cuando las baterías que alimentan el motor eléctrico se agotan, el propulsor de gasolina entra en acción. Lo mismo ocurre en el modo americano. Cuando se acaba la energía de las baterías, el propulsor térmico, formado por un pequeño motor de baja cilindrada que apenas consume un litro cada 100 kilómetros, es capaz de alimentar el motor eléctrico para continuar su marcha. El trayecto está asegurado, ya que si no se puede recargar en un poste de energía eléctrica, también se puede hacer llenando el pequeño depósito de carburante. Y por último, el cien por cien eléctrico, como representa el Nissan Leaf o Renault Twizy. Hasta el momento, son pocos los postes de recarga repartidos por las ciudades, aunque la intención es que aumenten considerablemente gracias a la iniciativa pública y privada. Quienes trabajen en una compañía con estas facilidades o vivan en una casa unifamiliar no tendrán problema. Después de seis u ocho horas de recarga, podrán completar una autonomía para recorrer 125 kilómetros. Y por cierto, aquellos que estén esperando la llegada de las baterías de segunda generación, que incrementan la capacidad de esta clase de coches, tendrán que esperar a 2017-2018, según algunos fabricantes.
¿Y qué ocurre cuando necesitamos un enchufe en un garaje colectivo? Existen varias empresas que realizan esta instalación vinculada al contador individual de cada hogar, aunque dicha operación cuesta unos 300 euros. Son ya varios fabricantes los que tienen la intención de incluir esta instalación en el precio final del coche, como ya hacen suministradores de líneas ADSL con el router o televisión digital con los codificadores.
De momento, el coste diario es tremendamente ventajoso al margen del colectivo, ya que el grado de emisiones contaminantes es cero. En el plano económico, con las tarifas actuales, los propietarios de un coche eléctrico pueden completar, de media, 100 kilómetros por algo menos de un euro.

En la actualidad, en cambio, un vehículo con motor diésel «normal» necesita un desembolso de cinco euros. Ésta es la «cuenta» que realizó recientemente el vallisoletano Roberto San José, que se ha convertido en el primer taxista de España en adquirir un vehículo eléctrico, un Nissan Leaf. Al menos, si los precios se mantienen y no son gravados con una fuerte subida de impuestos. Eso sí, no podrá aceptar trayectos largos…
La otra gran ventaja que ofrecen estos coches es su bajo mantenimiento que, por lo general, se reduce un 20 por ciento. Los fabricantes afirman que las necesidades son menores ya que no requieren cambios de aceite, filtros o pastillas de freno de forma habitual, ya que los motores eléctricos retienen más. Se rumorea que, de media, la revisión del coche puede tener un precio medio de 70 euros frente a los 200 de la actualidad.
La seguridad en los nuevos vehículos eléctricos ha sido un tema polémico años atrás. Sin embargo, las pruebas de choque realizadas por los organismos europeos y americanos oficiales confirman que tienen el mismo o mayor grado de protección que los coches actuales.
Respecto a la conducción de los automóviles eléctricos, los propietarios notarán cambios significativos. Al arrancar no escucharán ningún ruido. El cuadro de instrumentos ya no tendrá cuentarrevoluciones sino una aplicación que indicará si estamos practicando una conducción eficiente o no. Por supuesto, ya no hay palanca de cambios como la conocemos porque estos propulsores sólo tienen dos velocidades (hacia delante y hacia atrás) y en muchos casos, podrán controlar el nivel de recarga de sus baterías a través de una aplicación en el móvil. También esta misma «App» permitirá encender el climatizador minutos antes de llegar al coche de forma remota.
La carrera «eléctrica» ha empezado para los fabricantes de coches y motos sin perder de vista otras fuentes de alimentación como el hidrógeno.