Cataluña
OPINIÓN: Buscando el equilibrio
Las reformas laborales si quieren tener éxito deben ser sustanciales, equilibradas y consensuadas. Sustanciales porque si no modifican de forma relevante el «estatus quo» existente, mejor no hacerlas.
Equilibradas porque si se basan en el triunfo de una parte sobre la otra se transforman en una fuente de conflictos más que de soluciones. Consensuadas, o como mínimo asumidas, porque si no las hacen suyas quienes deben aplicarlas se tornan estériles e ineficaces.
La reforma de la negociación de los convenios y el reglamento sobre expedientes de regulación de empleo cumplen las dos primeras características, pero carecen del aval de haber sido consensuados, por ello y para hacerlas asumibles se ha buscado un equilibrio interno en cada una de ellas.
Promover unos convenios en las empresas más pegados al terreno y sensibles a los cambios, hacer que quienes los pactaron –patronales y sindicatos– puedan también participar en la solución de los desajustes que su aplicación produzca, favorecer que las perdidas si son temporales no deban acabar indefectiblemente en despidos o conjugar adecuadamente seguridad y adaptación a los cambios, son los nuevos equilibrios que necesitan nuestras relaciones laborales a partir de ahora.
Por eso, su valoración requerirá de un juicio más ponderado y a su vez equilibrado.
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