Japón

«Outrage»: Kitano el último héroe

Dirección: Takeshi Kitano. Fotografía: Katsumi Najasijima. Intérpretes: Takeshi Kitano, Kippei Siina, Ryo Kase, Tomokazu Miura. Japón, 2010. Duración: 109 minutos. Thriller.

Lo mejor: los arranques de violencia son tan abruptos y brutales como creativos
Lo mejor: los arranques de violencia son tan abruptos y brutales como creativoslarazon

Liquidada su trilogía sobre la autodestrucción del artista maduro, en la que parecía psicoanalizar su imagen pública para finiquitar su prestigio como autor en un gesto entre cafre y poético, Takeshi Kitano vuelve a pisar terreno conocido, el cine de yakuzas, en lo que suena a desesperado intento de integrarse en el flujo impertinente del cine comercial. Pero Kitano es Kitano, y si recordamos una de sus más magistrales películas, «Sonatine», nos daremos cuenta de que sus yakuzas no son convencionales. Si en aquélla el tiempo de espera en una playa convertía a tan peligrosos individuos en niños traviesos jugando a fútbol, en «Outrage» se transforman en conspiradores dignos de una tragedia de Shakespeare en la que Otomo (Kitano) es el hombre de honor que todos manipulan a la sombra de pactos y ceremonias que, en el tiempo de las grandes corporaciones del crimen, se revelan futiles.

Poco importa que el baile de nombres y clanes haga incomprensible la trama en un primer visionado. Kitano retrata un mundo en descomposición: los gestos de disculpa (cortarse un dedo) ya no sirven, la desconfianza sella toda promesa, la violencia contundente (¿qué se puede hacer con unos palillos y un pabellón auditivo?) es la única respuesta. Kitano es como el Eastwood de «Gran Torino». Es, también, el último gran héroe en un microcosmos que ha sacrificado los valores por la exigencia de los mercados. ¿Reaccionario? Puede ser, pero lo que está claro es que sigue sintiéndose como un pulpo en un garaje, un artista incomprendido en un mar de tiburones, incluso cuando pretende simular que ha vuelto por la puerta grande dejándose engatusar por lo que público e industria esperan de su estereotipo.