Agricultura
El alcalde se contradice sobre la calidad del agua
Dice que es buena, pero pone en marcha un plan de calidad.
La primera reacción del alcalde de Cercedilla, Eugenio Romero, al recibir la notificación de la Consejería de Sanidad que le exigía que subsanara la mala calidad del agua del municipio, fue negar la mayor. Pero a continuación, remitió un carta la Dirección de Ordenación e Inspección sanitaria para explicar la batería de medidas que ahora va a poner en marcha para subsanar los problemas. En concreto, Romero afirma que va a contratar un servicio de revisión de las instalaciones, también, de un laboratorio para realizar los análisis del agua y finalmente asegura que realizará mediciones diarias y remitirá los resultados a la Dirección General. La Consejería de Sanidad exigió el miércoles al alcalde del municipio que tomara medidas después de que, desde hacía un año, se detectaran altos niveles de cloro y bacterias en el agua corriente, de la que se autoabastece Cercedilla. Ante la falta de respuesta del primer edil, la Consejería que dirige Javier Fernández-Lasquetty, decidió ayer hacer pública la alerta a los vecinos y exigir al alcalde soluciones de manera inmediata. Romero, sin embargo, decidió agarrarse a un clavo ardiendo. Y es que, cuando ayer los técnicos de la Inspección Sanitaria volvieron a analizar la calidad del agua del municipio comprobaron que el nivel de cloro había bajado y se encontraba en los límites permitidos y llevaron analizar el nivel bacteriológico. Precisamente a eso se agarró Romero, al asegurar en una nota de prensa que el agua del municipio, de la que él es responsable, si es apta para el consumo. Lo cierto es que la mala calidad del agua de Cercedilla no es una cosa de hoy ni de ayer.
Según explicó el presidente del Canal de Isabel II, Ignacio González, hace un año que Sanidad viene advirtiendo al alcalde de la mala calidad del agua. De hecho, añadió, «él ha presenciado análisis en los que el resultado ha sido negativo».
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