JMJ de Río
Al ritmo de Juan Pablo II
Juan Pablo II protagonizó ayer el inicio de la JMJ de Madrid. El estreno de «Wojtyla, el musical», en portugués, congregó a cientos de jóvenes que se estremecieron con los testimonios de personajes cuya vida cambió al cruzarse con Juan Pablo II.
Una puesta en escena impresionante, con 25 actores y más de 200 piezas de vestuarios diferentes, hizo a muchos peregrinos reír, llorar, vibrar, y sobre todo abrazar la fe en el recuerdo de un papa que supo estar entre los jóvenes y que permanece vivo transmitiendo la luz de Cristo.
Durante más de dos horas, la obra recrea la vida de Karol Wojtyla entre los 28 y 58 años, edad en que se convirtió en Juan Pablo II dejando atrás su pasado de actor, trabajador de una fábrica y docente universitario. Relata de forma divertida diferentes anécdotas de su juventud a través de personajes que pasaron por su vida, como un compañero de la Universidad que se hizo pasar por él cuando Wojtyla recibió la visita de una joven que lo buscaba para entregarle un presente como agradecimiento por la ayuda que le había prestado cuando trabajaban juntos en una fábrica de Polonia en la época de la ocupación nazi. Los asistentes al musical lanzaron fuertes carcajadas cuando, ambientado en la primera etapa de Wojtyla como Papa, entra en escena el personaje de la «secretaria» de un joven obispo que recibe una llamada y pide hablar con el prelado, la chica pregunta y pregunta que quién es y Juan Pablo II contesta impasible una y otra vez: «El Papa», hasta que la telefonista se harta y le cuelga el aparato con un grito: «Si tu eres el papa yo soy la virgen».
El momento más vibrante del musical es el de los relatos de jóvenes cuya vida cambió al cruzarse con Juan Pablo II. Entre todos destaca un controlador aéreo portugués de vida acomodada, que con una voz espectacular, canta cómo ante una visita del Papa a su país decidió ese día no trabajar y quedarse tranquilamente en casa. Se sentó en su sofá, levantó las piernas y se dispuso a ver la tele. Pero todo cambió cuando tuvo que ir a trabajar y acabó cruzando su mirada con la de Juan Pablo II. «Fue un momento muy corto, arranqué a llorar y no podía parar; desde entonces mi vida cambió, la luz de Cristo llegó hasta mí».
Otro personaje, un joven que no quería saber nada «ni de papas, ni de grupos de beatos, ni de ir a misa, ni de nada que tuviese que ver con la Iglesia, pero sí de fiestas y conciertos». Primero no quería ir a ver al Papa, pero al final fue y Juan Pablo II le dijo: «Menos mal que has venido».
En otro momento del musical, cada uno de los 22 actores representa a jóvenes que señalan lo que más les impactó de la vida de Juan Pablo II: su bondad, su paz, su humildad, la dedicación de su vida a Cristo y a los demás, cómo encaraba su cruz como Cristo,su elevada calidad como profesor... cualidades que los jóvenes intentan aplicar a sus vidas.
Presente en una pantalla
Tras los actores, una gran pantalla muestra las imágenes más entrañables de Juan Pablo II durante su pontificado, a la vez que dos pantallas pequeñas resumen en portugués, inglés y español los fragmentos de la obra para que el mensaje del musical llegue a todos.
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