Barcelona
Augusto Algueró el silencio del músico total
Se ha ido uno de los músicos imprescindibles para explicar la historia del pop español. Si su primera tentativa profesional estuvo ligada a la medicina, pronto hizo caso a su verdadera vocación y giró hacia la música.
Desde los 16 años, cuando comenzó su aprendizaje a nivel amateur, estuvo ligado a ella en diferentes facetas. Augusto Algueró (Barcelona, 23 de febrero de 1934) murió ayer a los 76 años en su residencia de Torremolinos, en Málaga, a consecuencia de una parada cardiorrespiratoria cuando dormía. No andaba demasiado bien de salud, aunque su optimismo no se había resentido.
La gran mayoría de sus canciones fueron compuestas sobre letras de Antonio Guijarro y cantadas por los más famosos artistas del momento. Su nombre se hizo tremendamente popular en España y en América gracias a composiciones que llevaban un sello personal: ligereza en textos, arreglos preciosistas y melodías fácilmente tarareables. Se puede decir que el maestro Algueró puso la banda sonora de España hasta pasada la Transición, cuando su actividad comenzó una etapa decreciente. Fueron muchos cantantes los que solicitaron su colaboración y compuso para los Cinco Latinos, Connie Francis, Marisol, Elsa Baeza, Rocío Jurado y Joan Manuel Serrat, entre otros. Quizá su composición más aclamada fue «Penélope», una de las canciones imprescindibles de Serrat y del cancionero español.
También «Te quiero, te quiero» y «Noelia», a las que Nino Bravo supo imprimir su particular carácter. En otra línea, más comercial si se quiere, nos topamos con temas como «Contigo, contigo», de Marisol, «Acompáñame», de Rocío Durcal, y «La chica ye-ye». Gracias al tremendo éxito de estas canciones, Algueró logró fraguar una sólida fortuna por derechos de autor. Al mismo tiempo ejercía como director de orquesta y creador de canciones específicas para festivales. El músico catalán compuso en 1961 la primera canción con la que España acudió a un Festival de Eurovisión. Con «Estando contigo», interpretada por Conchita Bautista, obtuvo un honroso noveno puesto, aunque habría que esperar a 1969 para redondear la faena con «Vivo cantando», que dirigió, canción con la que Salomé (vestida con un imposible mono de flecos) ganó el certamen europeo.
El filón del cine
Algueró, un hombre hiperactivo, siempre encontró facetas para diversificar su talento compositivo y afrontar nuevos retos. Halló un filón en el cine y en 1950 compuso su primera banda sonora para el filme «Brigada criminal». Otras cintas con su música fueron «El ruiseñor de las cumbres» (1958), de Joselito, «Las chicas de la Cruz Roja» (1958), «El día de los enamorados» (1959) o los tremendos éxitos para Marisol, con «Cabriola» (1965), Marisol, rumbo a Río» (1963) o la propia «Tómbola» (1962). Algueró asoció su nombre a cerca de 100 películas y sus últimas colaboraciones fueron para «Torrente, el brazo tonto de la ley» (1998), para la que compuso «Será el amor», y «Primer y último amor» (2002), dirigida por Giménez Rico.
«Para mí era el Burt Bacharach español», manifestó ayer Santiago Segura, director de la saga «Torrente». Se refería así a uno de los compositores con el que se ha comparado frecuentemente a Augusto Algueró. Bacharach llevó el llamado «easy listening» («fácil escucha») a la categoría de arte y sus canciones fueron éxitos con Carpenters, Aretha Franklin y Elvis Costello. En televisión, sus colaboraciones más interesantes revibieron de la mano de «Historias de la frivolidad», de Ibáñez Serrador, con la que logró la Rosa de Oro del Festival de Montreaux, y «El Irreal Madrid», con el que se alzó con la Ninfa de Oro de Montecarlo.
En su faceta personal, siempre fue más discreto de lo que podría sugerir el entorno en el que se movía. Entre 1961 y 1974 estuvo casado con la actriz Carmen Sevilla, con la que tuvo un hijo, Augusto Jr. Algueró, también compositor. Fue un enlace de ensueño que acaparó portadas y que se celebró en la Basílica del Pilar. En 1986 se volvió a casar, esta vez con Natividad Benito. «Yo no puedo más. Me enamoré de él, de su música y de sus canciones. A pesar de que nos separamos, nunca nos dejamos de hablar. Nos unía nuestro hijo», contaba ayer, desconsolada, la actriz.
Su viuda también estaba muy afectada: «Para mí no está muerto, sigue aquí, a mi lado. Y así seguirá gracias a su extensa obra. Más que un matrimonio, éramos amigos que se querían y admiraban. Estaba recuperándose de cuatro operaciones de espalda y empezada de nuevo a caminar. A las cuatro de la mañana empezó a toser y me dijo: ‘‘Me encuentro muy mal, me muero''. Entonces me abrazó, me dio un beso y se murió en mis brazos».
Una de las mujeres más vinculadas a la vida de Algueró fue Concha Velasco, quien habló con profundo pesar:«Me siento desolada como amiga y destrozada como española» por la muerte de quien definió como «el compositor más importante de música moderna de España». «El cine a partir de los 50 es Algueró, las bandas sonoras. Es una pérdida tremenda, era mi amigo, mi hermano. Menos el musical ‘‘Carmen, Carmen'', de Gala, y ‘‘La Truana'', todo lo que he hecho en mi vida musical es suyo, en cine, en teatro, en televisión. No soy la que mejor canta, pero sí he contado con él en todo momento y para todo, porque, además, era mi amigo», declaró Velasco.
«La música es el lenguaje más universal que existe y a ella le he entregado mi vida entera», afirmó el compositor en 2005, cuando recibió el Premio de Honor por su trayectoria profesional y a su decisiva contribución a la música popular. La capilla ardiente quedará instalada hoy en la Sociedad General de Autores (SGAE) de Madrid.
El «top ten» como autor
l «Estando contigo» (1961). Conchita Bautista representó por primera vez a España en Eurovisión.
l «Tómbola» (1962). Escribió todos los temas de la película que catapultó a Marisol.
l «Canción de juventud» (1962). Algueró fue el talismán para el salto a la fama de Rocío Dúrcal.
l «Bossa Nova» (1963). Escrita para una Pepa Flores más talludita, da muestras de su versatilidad.
l «La chica ye-ye» (1965). Su popularidad es tal que es el sobrenombre de por vida de Concha Velasco.
l «Acompáñame» (1966). El tema central de este filme de Dúrcal a dúo con el mexicano Enrique Guzmán le abrió las puertas de América Latina.
l «Te quiero, te quiero» (1969). Junto con «Noelia», consagró a Nino Bravo. La canción la grabaron, aunque no la llegaron a publicar, Lola Flores y Raphael.
l «Gwendolyne» (1970). A pesar de que se daba por ganador a Julio Iglesias en Eurovisión, se tuvo que conformar con un cuarto puesto.
l «Penélope» (1970). Serrat gana con ella el Festival de Río.
l «Gracias» (2000). La balada que escribió para Tamara se convirtió en número 1 de ventas.
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