El islamista Merah fue acribillado a balazos

Mohamed Merah murió de dos disparos mortales, pero su cuerpo estaba acribillado a balas. Es lo que revelan los primeros resultados de la autopsia realizada ayer al cadáver del «asesino de la moto». El informe señala, según divulgaron algunos medios galos, que uno de los proyectiles le impactó en el frontal izquierdo. El otro le atravesó el abdomen. Aunque no se ha podido establecer todavía cuál de los dos fue el decisivo. En total se habrían contabilizado hasta veinte impactos en su cuerpo. La mayor parte en las extremidades, ya que el terrorista estaba protegido por un chaleco antibalas.

Los análisis indican también que Mohamed Merah, aunque herido, estaba vivo cuando huyó por la ventana sin dejar de disparar antes de ser tiroteado por los agentes de élite de la Policía gala, que tenían orden de responder «en legítima defensa». Los datos revelados por el diario «Le Parisien» contrastan con la versión de los hechos ofrecida el jueves por la mañana por el ministro del Interior, Claude Guéant, quien aseguró que Merah murió tras lanzarse por la ventana del baño de su apartamento.

Horas después, el fiscal encargado de la investigación, Francois Molins, aseguró que Merah había muerto víctima de un disparo en la cabeza. Mientras tanto, los interrogatorios continuaban ayer en busca de posibles cómplices. Mohamed Merah aseguró a los negociadores haber actuado solo. E incluso confesó, según una entrevista del responsable de la DCRI (contra-espionaje francés), Bernard Squarcini, al diario «Le Monde» que nadie más conocía sus planes. «No tengo confianza con mi hermano, nunca le he contado lo que hacía. Ni a mi madre», dijo. Sin embargo, cada vez cobra más fuerza la teoría de que el yihadista pudo ver en su hermano mayor, Abdelkader, vinculado también al islamismo más extremista, no sólo un referente sino un inspirador.

Los investigadores barajarían, incluso, la hipótesis de que éste fuera el «cerebro» de tal proyecto criminal aunque de momento no habría pruebas. Ayer, el primogénito de los Merah, adepto de un salafismo radical pero no violento, negó conocer las intenciones de su hermano, evadiendo así toda posible complicidad en la comisión de los siete asesinatos de Toulouse y Montauban.

Más entusiasta fue, según revela el semanario «Le Point», a la hora de alabar la triple matanza de Mohamed. No sólo se habría declarado «muy orgulloso» de su hermano sino que «aprueba» las acciones perpetradas por él.

Una afirmación que los agentes que le interrogan desde la madrugada del miércoles, inicio de la operación policial, han de comprobar si se trata de una simple provocación o si esconden algo más. Los investigadores creen que Abdelkader pudo manipular a su hermano. También estudian otro tipo de complicidad. Concretamente, si le ayudó a transformar la apariencia de la moto Yamaha que utilizó para huir en cada uno de los tres crímenes.

Tanto él como su madre, de quien se investiga su relación sentimental con el padre de otro radical islamista condenado por participar en una red de envío de terroristas a Irak, seguían anoche en detención preventiva. Su custodia policial podría prolongarse veinticuatro horas más como prevé la legislación gala antiterrorista.

Los enigmas de la familia del criminal
Mohamed Merah nació en 1988 en Toulouse. Sus padres procedían de Argelia. Es el cuarto de cinco hermanos.
La «Balieue»
La familia Merah crece en un barrio de las afueras de Toulouse y es receptora de prestaciones sociales.
El «trauma»
El mayor, Abdelkader se convierte en una figura paterna tras el divorcio de sus progenitores. Es salafista convencido.
2010 en Afganistán
Los Merah viajaron a Asia y a África pese a no tener recursos.
La radicalización
El adoctrinamiento islámico hace mella. Mohamed pasa a la acción terrorista.