Comunidad de Madrid

Cuidado

La Razón
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Hace una semana en estas mismas líneas que analizan semanalmente el «steak tartare» de la política hablábamos de cómo Madrid se había convertido en la espinita política de Zapatero. Siete días después y visto lo visto, la espinita es ya una auténtica corona de espinas que se ha montado el propio presidente del Gobierno. Zapatero ha jugado muy fuerte. Fortísimo. Es más, en este momento tiene montado en el PSM un jardín de dimensiones considerables, de donde puede salir muy mal herido. Por ejemplo sin ir más lejos, Tomás Gómez es el primer socialista que le ha plantado cara de verdad desde que llegara a la Secretaría General del PSOE ahora hace 10 años.

Pero también es cierto, y conviene que el Partido Popular no se olvide, que Zapatero se mueve como nadie en estas circunstancias que le llevan a sobrevivir sobre el alambre. No es buena su gestión en general, peor todavía es su dirección económica, pero en el politiqueo de salón es capaz de dar la vuelta como un calcetín a una situación que tenía en su contra. Y ¡cuidado! que así puede pasar en la Comunidad de Madrid, las primarias internas del PSOE lejos de convertirse en un peligro para los socialistas, a poco que sepan llevarlas con buena mano se pueden convertir en un trampolín muy importante para el candidato/a para la Comunidad.

Quede claro que los socialistas lo tienen muy mal. Así lo dicen las encuestas. Además esta guerra abierta, pública e interna es evidente que le tiene que hacer daño a su imagen y a su credibilidad. Esa es la teoría que no tiene vuelta de hoja. Pero a esa teoría hay que sumar la otra cara de la moneda: unas primarias convocadas en el momento adecuado y que estén bien diseñadas pueden colocar en el disparadero político a cualquiera. Dicho de otra manera: estas primarias colocan a Gómez o a Jimenez en el escaparate. Sí saben aprovechar bien esa convocatoria independientemente del resultado les puede situar dentro del mapa electoral el próximo mes de mayo. Hasta ahora Gómez, objetivamente, tenía muy pocas posibilidades de ganar a Esperanza Aguirre en las Autonómicas. ¿Han cambiado ahora las cosas?. Sobre el papel no ha cambiado nada. Pero la realidad es que unas elecciones primarias, así ha ocurrido en el PSOE, en otras ocasiones provoca un efecto multiplicador de entusiasmo y de éxito que puede llevar a resultados inesperados.

Estos momentos son para que el PP esté callado. Deje al PSOE decidir su candidato y cuando este sea oficial comenzar sin descanso una campaña electoral larga, previsiblemente dura y muy intensa. Sí el PP entra ahora en la trampa de las primarias, critica la división interna del PSOE y hace juego de palabras que no llevan a ningún sitio estará ofreciendo una imagen de debilidad y de miedo. Ahora silencio. Luego la guerra electoral. Y mientras tanto mucho cuidado, que las primarias pueden tener efectos colaterales ahora desconocidos, pero de un alcance importante.