Crisis política en Italia

La opción de las urnas queda abierta

Superada la moción de censura, el Gobierno tiene frente a sí una situación muy complicada para apurar los más de dos años que quedan de Legislatura. Los tres votos de diferencia obtenidos en la Cámara de los Diputados ayer muestran lo exigua que es la mayoría.

La Razón
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Hace falta cuanto antes una nueva coalición que permita la entrada en el Ejecutivo de otro partido y la sustitución de los parlamentarios fieles al antiguo aliado Gianfranco Fini. El objetivo de Berlusconi es la formación centrista UDC, vieja aliada en legislaturas anteriores pero hoy en la oposición y con la ambición de formar un tercer polo de centro como alternativa al bipolarismo. Para permitir la entrada de la UDC en el Gobierno, el primer ministro está dispuesto a llevar a cabo una crisis controlada, que le llevaría a presentar su dimisión al presidente de la República, Giorgio Napolitano, para inmediatamente después recibir el encargo para la formación de un nuevo Ejecutivo. Si «Il Cavaliere» no consigue convencer a la UDC para que apuntale al Ejecutivo tendrá muy difícil poder gobernar. En ese caso el primer ministro se plantea incluso convocar elecciones anticipadas, una posibilidad que ayer trató con Napolitano. La Liga Norte, principal aliada de Berlusconi, es la gran valedora de la cita con las urnas, ya que tiene miedo de que la inestabilidad acabe con la posibilidad de hacer realidad el federalismo, su máxima ambición política.