Un anticipo

Este final de legislatura puede ser un anticipo de la próxima. Tensión, debates identitarios y fomento constante de la desafección. En las dos legislaturas anteriores, había dos mayorías absolutas posibles, una nacionalista y otra de izquierdas. En ambas ocasiones el resultado fue similar, PSC y ICV sumaban más diputados que CDC y UDC, pero las coaliciones no sumaban mayoría absoluta. ERC era imprescindible y en ambos casos optó por la mayoría de izquierdas, frustrando así la posible mayoría de sesgo soberanista.
Con ello permitió que la voluntad de más autogobierno se canalizara hacia el Estatut y evitó la confrontación con el resto de España. Nadie, ni ellos mismos, se lo reconoció y además el nacionalismo catalán y español se lo recriminó, al tiempo que tensaban la cuerda hasta el límite.
Con ese bagaje, un bajón en las previsiones electorales y el subidon independentista de la manifestación del 10-J, han proclamado que optan por dar paso a una mayoría soberanista, aunque la encabece Artur Mas. Una mayoría en la que continuarán compitiendo, por ver quién es más soberanista. Y que tendrá su contrarréplica en las opciones más centralistas del nacionalismo español. Que no sea un anticipo, haya una mayoría centrada y no extremismos nacionalistas, se decidirá en las elecciones.