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Miles de celiacos sufren una enfermedad de la que todavía pocos son conscientes
Valladolid- Si usted es diagnosticado por su médicos y éste le dice que padece la enfermedad celiaca, la primera instrucción que le dará será que se dirija a Acecale, la Asociación de estos pacientes en Castilla y León, que tiene su sede central en Valladolid, pero que cuenta con delegaciones en todas las capitales de provincia. Allí le informarán de qué supone esta dolencia que afecta al 1 por ciento de la población (25.000 castellanos y leoneses) y que puede afectar a personas de cualquier edad en las que se puede detectar síntomas como poco peso entre los bebés o diarrea, dermatitis, vómitos, abortos de repetición o anemias entre los adultos. Los más comunes, acudir muchas veces al baño o sufrir malas digestiones. Si bien, tras analizarse anticuerpos y llevarse a cabo una biopsia intestinal, los problemas de la persona afectada tenderán a mejorar. Y es que, una vez localizado el problema, el paciente llevará una vida más agradable. También sus familiares, que deberán someterse a una prueba genética para comprobar si tienen posibilidades de desarrollar la enfermedad.
Porque son miles de castellanos los celiacos asintomáticos y muchos los que tras haber pisado consultas y consultas de médicos no han dado con este problema que, de no seguir una dieta adecuada, puede derivar en casos de cáncer de estómago.
Acecale presta su apoyo a más de 1.700 familias asociadas, si bien, como explica el trabajador social de la Asociación, César García Garrido, «no es lo mismo padecer este problema en una capital que en un pueblo perdido de la sierra». En este sentido, destaca que cada vez hay más celiacos diagnosticados, por lo que también salen al mercado cada vez más productos dirigidos a ellos, aquellos que rezan en sus envoltorios «sin gluten» y presentan un símbolo en el que una espiga aparece tachada.
Alimentación alternativa
Los celiacos pueden consumir ciertas marcas alimentarias, ni más caras ni más baratas en productos concretos, como las conservas o los embutidos, si bien, en otros productos el desembolso es mayor, al ser la producción específica. Cada año por estas fechas la Federación de Asociaciones de Celiacos de España (FACE) publica la lista de alimentos que se pueden consumir con garantías, fruto de la deriva de datos de las empresas, obligadas a mandar analíticas que reconozcan la presencia o no de gluten en los bienes de consumo.
En Castilla y León la Asociación es un pilar clave para los enfermos y sus familias. Porque les asesora en la dieta a seguir, les informa del tratamiento y de esos productos básicos para su consumo.
Acecale desarrolla charlas informativas, jornadas, cursos de cocina y otras actividades lúdicas y tiene en el mes de septiembre una fecha especial, cuando celebra su encuentro regional, que ha cumplido en 2011 su undécima edición. «Nos juntamos 900 personas», explica César García Garrido, quien añade que esa cita permite establecer contactos entre los asociado y sirve para que las empresas también den a conocer los productos novedosos en el mercado, en definitiva, se desarrolla una feria alimentaria en paralelo.
La integración social, clave
Las asociaciones de celiacos han reclamado durante años ayudas económicas -en Castilla-La Mancha reciben 300 euros al año y las familias sin recursos también cuentan con prestaciones en Extremadura y la Comunidad Valenciana- si bien, en Castilla y León aseguran que el reto en este momento es que estas personas «puedan hacer una vida normal». Es decir, que cuando vayan de vacaciones puedan comer como cualquier otra persona, o cuando un niño tenga que quedarse en el comedor escolar no sufra por la alimentación.
Lo explica graficamente García Garrido: «nos pasa en estos días, con los caramelos que tiran los Reyes Magos, no son aptos para celiacos. Tampoco lo son la mayor parte de los roscones, o las chocolatadas que se celebran, sin contar con las paelladas o las ferias y fiestas, en las que los puestos no contemplan los productos para celiacos».
«El coste de un celiaco, al año, es de 1.560 euros»
César García Garrido, trabajador social de la Asociación de Celiacos de Castilla y León, recuerda que una de cada cien personas padece esta enfermedad, que es la más frecuente en el aparato intestinal. Y esta dolencia, que en numerosos países de nuestro entorno es motivo de prestación económica a quien la sufre, supone un desembolso económico anual de 1.560 euros. Además, según explica, «tiene un coste muy elevado para la Sanidad», dado que «hay personas que llevan años dando vueltas por las especialidades y no dan con su problema, lo que puede tener consecuencias graves».
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