Literatura
Literatura en frío
Tolstói, Dostoievski y Leskov abren una colección dedicada a escritores rusos
Una de las características de la literatura rusa es su consistencia. Una terca querencia por mantener su vigencia y no perder cuerpo con el paso del tiempo. Al contrario, precisamente, de sus traducciones, que han sufrido avatares y necesitan resiviones continuas. «La vigencia de una buena traducción es de 40 años más o menos; las malas, unos dos», comenta Mario Muchnik. El fundador de la editorial Aleph regresa a este sello después de una prolongada ausencia de casi 20 años. Lo hace con un propósito. Sacar adelante una colección de clásicos rusos. Una iniciativa que recuperará autores apenas publicados en España y que introducirá en el mercado obras canónicas en versiones exactas, como «Guerra y paz», de Tolstói, que cuenta con una fiable traducción de Lydia Kúper.
Tríptico de genios
El primer tríptico lo componen dos pesos pesados y un autor menos conocido, pero de primera fila. Aparte del ya citado, estos días llega a las librerías «Stepanchikovo y sus moradores», que cuenta con la misma traductora anterior, y «Una familia venida a menos», de Leskov, a cargo de Jorge Ferrer. En ambos casos se ha apostado por traducciones directas del ruso. Se ha prescindido de otros idiomas puentes, como el francés. «Una traducción nunca será definitiva. Una obra original es inamovible. El autor está muerto y la obra fijada. Pero sus adaptaciones a otras lenguas varian con las épocas. Por eso tienen una vida limitada. En cierta manera es como las teorías de los científicos, que más tarde o temprano son superadas por otras nuevas», comenta Mario Muchnick. Las directrices que guían esta nueva colección son cuatro: la elección de los autores, el diseño de las cubiertas, ofrecer una selección canónica y las mejores traducciones del momento. De hecho, junto a Dostoievski y Toltói, de sobra conocidos por los lectores, se ha apostado por otros que, siendo indiscutibles, todavía no cuentan con una representación adecuada en español de sus trabajos, como es el caso de Sergéi Aksákov, del que se editará próximamente su famosa trilogía familiar; Leskov, del que ya se ha editado un libro, o Herzen, del que apenas existe nada disponible en las librerías.
Una obra de arte en cada volumen
Uno de los propósitos de los editores era ofrecer libros de calidad. Desde las traducciones hasta el cuidado de los ejemplares. Para eso ha contado con la ayuda de Eduardo Arroyo, que ha hecho un dibujo, el que ilustra las portadas de cada uno de los volúmenes, de los escritores rusos que se van a publicar (como el que aparece en la imagen de al lado). Otro de los objetivos de esta colección era crear libros «para leer». Para eso se ha aumentado la tipografía de las letras, aunque aumenten las páginas. Así se facilita la lectura.
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