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«Me voy con pena pero el reto es apasionante»

Antonio Beteta entró en el Gobierno de la Comunidad de la mano de Esperanza Aguirre. Fue portavoz de los populares en la Asamblea hasta que le nombraron responsable económico de la región
Antonio Beteta entró en el Gobierno de la Comunidad de la mano de Esperanza Aguirre. Fue portavoz de los populares en la Asamblea hasta que le nombraron responsable económico de la regiónlarazon

MADRID- «Me voy con mucha pena de dejar a tantos amigos en la Comunidad, que es mi casa, pero lo que Cristóbal me ha propuesto es un reto que no puedo rechazar». Antonio Beteta (Madrid, 1955) sabía desde hacía unos días que su amigo, el nuevo ministro de Hacienda y Administraciones públicas le iba a querer en su equipo. La primera vez que se le llamó para hacerle la oferta estaba llevando a su hijo al colegio. «Fue un sobresalto y aún no ha dejado de latirme fuerte el corazón». Él creía que no se haría oficial hasta la semana que viene, pero ayer, mientras estaba en la Asamblea de Madrid le comunicaron que el traslado debía ser inmediato.
Será secretario de Estado de Administraciones Públicas, un área en la que el hasta ahora consejero de Transportes de la Comunidad de Madrid se maneja con soltura. «Me ha llamado para que me encargue de lo que ya hice en el 2000 con él: la Administración», explica sobre los tres años en los que ya trabajó con Montoro como Secretario General de Política Fiscal, Territorial y Comunitaria del Ministerio de Hacienda.

Esos fueron los únicos años que Beteta se separó de la Comunidad, de la que es diputado desde 1983, primero en la oposición y desde posteriormente como consejero de Hacienda del Gobierno de Alberto Ruiz-Gallardón.

Beteta ha sido llamado para transformar la Administración. Sus nuevas tareas serán «agilizar, abaratar, eliminar duplicidades y reducir el déficit para que nos permita generar riqueza y trabajo, que es en lo que estamos todos», confesó ayer a LA RAZÓN, y añade: «Es lo que ya hice con él y lo que he seguido haciendo con Esperanza».

A la presidenta de la Comunidad la acompaña desde su primer día en la Asamblea de Madrid, donde ella «me confió el cargo de portavoz del PP» hasta 2008, cuando fue nombrado Consejero de Hacienda. Aquí Beteta se convirtió en el brazo ejecutor de las políticas liberales de Aguirre, reduciendo al máximo los impuestos y cumpliendo a rajatabla el principio de equilibrio presupuestario, que han convertido a Madrid en la locomotora económica de España. De ahí que el nuevo secretario de Estado de Hacienda tenga grabado el lema de «no se puede gastar más de lo que se ingresa». «Me voy también con mucha pena, porque he estado muy contento», declara. «Esperanza es una amiga. Le agradezco muchísimo el cariño y la confianza con la que me ha tratado, pero la vida política es así, uno no se puede acomodar y ella lo ha entendido y me ha dado un abrazo enorme».

Se va con un último reto alcanzado: haber unificado la gestión de Metro de Madrid dentro del plan de eliminación de duplicidades con el Ayuntamiento. Una tarea que le encomendó Aguirre tras las últimas elecciones, cuando le nombró consejero de Transportes, y que él mismo negoció con Juan Bravo y el nuevo ministro de Justicia, Ruiz-Gallardón. Ahora confiesa que tendrá que pedirle «una tarde libre a Cristóbal» para poder dejar a su sucesor «todo en orden».
Su nombre, aún una incógnita deberá rematar y aplicar un Plan de Ahorro que Beteta ha dejado diseñado para Metro. Aunque ni el nuevo secretario de Estado ni la presidenta regional tenían ayer el nombre y apellidos del próximo consejero, fuentes de Infraestructuras y Transportes ya barajaban ayer un posible ascenso del viceconsejero, Borja Carabante, en el que Beteta ha depositado toda su confianza en los últimos meses.

 

¿ASCENSO DEL VICECONSEJERO?
Ha sido la sombra de Antonio Beteta desde la incorporación del consejero al frente de la cartera de Infraestructuras y Transportes de la Comunidad y ya hay quien apunta al viceconsejero, Borja Carabante, como su posible sustituto en el Consejo de Gobierno regional. Carabante, master en dirección económico-financiera, ha sido diputado autonómico las últimas tres legislaturas y en los últimos tiempos ha «ascendido» de director general a «número dos» de infraestructuras. Beteta ha delegado todo lo que ha podido en su «vice», de 36 años, que también contaría con el beneplácito de la presidenta regional. ¿Será Carabante el sustituto de Beteta? Sólo Esperanza Aguirre sabe hoy esta respuesta.