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Barcelona

Las instituciones catalanas se desentienden de la Fiesta Nacional

Excepto porque se podía aparcar en la zona de carga y descarga y no se pagaba el tique del área verde y azul, ayer, 12 de octubre, no daba la sensación en Barcelona de que fuera un día festivo. La tienda de muebles más internacional de Suecia, los grandes almacenes más famosos de España, los centros comerciales y algunos comercios de barrio abrieron sus puertas, como si de un día laborable se tratara. Pero ayer, era festivo, el Día de la Fiesta Nacional.

Las instituciones catalanas se desentienden de la Fiesta Nacional
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Los comercios tenían el permiso de la Generalitat para abrir. La ley les permite trabajar ocho festivos al año y el 12 de octubre es uno de los días elegidos. Otros, como Òmnium Cultural, la entidad catalanista que organizó la multitudinaria manifestación contra la sentencia del Estatut, fueron a trabajar para protestar contra la festividad del 12 de octubre. A través de redes sociales como Facebook y Twiter, Òmnium Cultural impulsó una campaña la semana pasada para pedir que ayer no se trabajara. Pero a excepción de los comercios, la campaña no tuvo éxito. El distrito tecnológico del 22@ y el distrito financiero de la Diagonal amanecieron huérfanos de corbatas y trajes chaqueta. Todo lo contrario a la plaza de Lima de Madrid, donde tuvo lugar el acto central del Día de la Fiesta Nacional, el desfile.

Montilla con Esperanza

El presidente de la Generalitat, José Montilla, siguió el desfile al lado de la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre. Hacía dos años que no acudía al acto. En 2008, la excusa fue que coincidía con el regreso de un viaje oficial a México y el año pasado alegó motivos familiares. Pero también es verdad que tanto en 2008 como en 2009, la relación entre el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y Montilla no pasaba por un buen momento. La culpa la tenía la negociación del nuevo sistema de financiación y del despliegue del Estatut..

Aunque este año, los socios de Montilla en el gobierno tripartito, ERC e ICV, le han reprochado que tampoco tenía que haber ido al desfile militar para protestar por la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, Montilla no se molestó en responder las críticas. El president evitó hacer cualquier tipo de declaración.

Quién sí habló, fue la presidenta del PP catalán. En un acto con las juventudes populares en Barcelona, Alicia Sánchez-Camacho, echó en cara a Montilla que sólo defienda la bandera española una vez ya se han convocado las elecciones catalanas. A su entender, el socialista ha sido «prisionero del tripartito». La muestra para la presidenta del PP catalán es que en la octava legislatura han primado las políticas independentistas de ERC.

Sánchez-Camacho celebró con «orgullo» el día de la Fiesta Nacional junto a Alberto Fernández, quien lamentó que los autobuses no fueran engalanados –con banderines–, como hacen para celebrar Sant Jordi, La Mercè, el día de la Constitución, la Diada del Onze de Setembre o el día de Europa.

Tampoco ondeaban banderas –ni la española, ni la «senyera» ni la de Barcelona– en las sedes de distrito de Gràcia y el Eixample, a pesar de que el artículo 4 de la Constitución dice que «es una obligación de carácter diario» que la bandera española ondee en cada edificio de la Administración estatal, autonómica y local.