Rajoy eliminará los «gastos superfluos» de los Presupuestos

Para bajar al detalle de las propuestas programáticas con las que Mariano Rajoy se presentará a las elecciones habrá que esperar al menos hasta la Convención Nacional que el PP celebrará a principios de octubre. De momento, la maquinaria electoral de los populares se limita a rodar, perfectamente engrasada, bajo la inercia del impulso que tomó para afrontar la campaña de las autonómicas y municipales y de ahí viene la reedición del ensayo de los foros sectoriales –Rajoy clausuró ayer el relativo al empleo– que les sirven para regar los grandes lemas del discurso de campaña.

El candidato del PP esbozó algunas de las políticas que pondrá en marcha si gana las elecciones, pero sin bajar a la letra pequeña ni llegar a asumir expresamente algunas de las propuestas que en la víspera había dejado encima de la mesa el presidente de Bankia y ex vicepresidente de Aznar, Rodrigo Rato. Rajoy no aludió, por ejemplo, a la controvertida cláusula de ligar salarios a productividad y competitividad. Ahora bien, sí dijo, como había defendido Rato, que urge una reforma laboral que simplifique la tipología de los contratos.

«Hay que eliminar la temporalidad como norma y crear un contrato indefinido estable», apuntó. En relación a la reforma de la negociación colectiva, defendió que afecte a su estructura y a sus contenidos, de tal manera que cada convenio se negocie en el ámbito sectorial y que las decisiones en materia salarial se tomen de acuerdo con los convenios alcanzados entre la empresa y sus trabajadores. La reforma laboral que plantea impulsar desde el Gobierno incluye también la creación de un marco regulatorio específicos para autónomos y microempresarios.
Diálogo con los bancos
Junto con la reforma laboral, la otra «pata» para crear empleo –según el PP– está en que vuelva el crédito y la confianza. Rajoy no llevará a su programa ningún impuesto a la banca como ha anunciado el candidato socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba. Su equipo económico aclara que ese impuesto acabarían pagándolo también los ciudadanos y no ayudaría a que vuelva el crédito. El líder del PP terció ayer en el debate para insistir en la importancia de que culmine la reestructuración del sistema financiero y prometió que desde el Gobierno hablará con bancos y cajas para que asuman «la parte de responsabilidad que les corresponde en la crisis». «De ese diálogo saldrán soluciones para recuperar el crédito», prometió.


Y como último eje de su política para crear empleo situó la austeridad y el saneamiento de las cuentas públicas. En este capítulo, la novedad fue su compromiso de revisar todas las partidas presupuestarias que reciba en herencia del Gobierno de Zapatero para «eliminar todos los gastos que sean superfluos». «Haremos eso que se conoce como "presupuesto cero"para cumplir con el requisito que impone Europa de que se controlen las cuentas públicas», dijo.

En el terreno programático, como se ha visto en este foro y se comprobará de nuevo en los que le sucedan, el PP mide cada paso que da para encontrar un punto de equilibrio entre no asustar a la ciudadanía ni hacer el juego al recurso del PSOE a la campaña del miedo y, al tiempo, ajustar al máximo sus políticas a la realidad que va a tener que gestionar desde el Gobierno. «La izquierda saldrá a la calle hagamos lo que hagamos y digamos lo que digamos. Pero ahora hay que ganar y para eso debemos hacer un programa posibilista», explican.

Esa estrategia en el ámbito de las propuestas la complementan con el discurso reformista y de la conciliación al que ayer puso voz Rajoy en Canarias. «Todos deben saber que en nuestro proyecto caben todos, sin excepción. Todos deben saber que aquí hay un proyecto para compartir y en el que dejamos atrás los líos, las disputas y las divisiones. A mí ahí no me van a encontrar», proclamó. Al Partido Socialista aludió para sentenciar que «no ha estado a la altura de las circunstancias, ha fallado a los españoles y no son creíbles». «Han generado muchas pérdidas de puestos de trabajo, han empobrecido a los españoles y han hecho el mayor recorte social de la democracia», añadió el líder popular.

El PP, contra la temporalidad

El PP se abstendrá en el Congreso en la votación del decreto-ley del Gobierno para fomentar la contratación de jóvenes, según desveló ayer la portavoz de los populares en la Cámara Baja, Soraya Sáenz de Santamaría. En una breve charla informal con periodistas al término del Foro de Empleo que el PP organizó en Las Palmas, Santamaría recalcó que el factor esencial que llevará a su partido a no votar a favor del decreto es la apuesta del Gobierno por la temporalidad del empleo, algo que para la formación de Mariano Rajoy no es «aceptable». Además, lo que persigue el PP con su abstención es, ante todo, evitar que el Gobierno entre en «negociaciones de última hora» con otros grupos y ceda en la «primacía de los convenios autonómicos», otro aspecto que los populares rechazan.