Barcelona
El turismo español frente a su verano más difícil
La rebaja de costes de otros destinos en Grecia, Portugal o Túnez ponen a prueba la competitividad del sector. «Es casi imposible bajar los precios»
MADRID- En pleno verano, el turismo es un gigante al que le crecen los enanos. A pesar de que junio ha sido el mejor mes en la llegada de viajeros extranjeros desde 2007, la industria turística se enfrenta a la temporada alta más complicada de los últimos años, tras el reciente incremento de las tasas aeroportuarias y el anuncio de la subida del IVA del 8% al 10% que se aplicará a partir del 1 de septiembre. «La suma de estos ingredientes nos asoma al precipicio. El turismo está al límite de su resistencia económica, si es que no lo ha pasado ya, pues estos sobrecostes llegan en el momento más inoportuno, con una demanda nacional que cae por encima del 4%, y supondrán la pérdida de más de 2.000 millones de euros y cerca de 18.730 empleos», asegura José Luis Zoreda, vicepresidente ejecutivo de la Alianza para la Excelencia Turística, Exceltur.
La pérdida de competitividad frente a otros destinos que apuestan por bajar los costes del viajero, como Grecia, Portugal o Túnez, es la advertencia más reiterada por la industria del viaje. «Entendemos que la situación económica exige cambios, pero vamos en la dirección contraria».
El retraso del IVA, un respiro
Gravar tanto al turismo pone en peligro la mayor industria del país, hasta el punto de que la caída de productividad puede ser tan fuerte que deje de ingresar la aportación necesaria para ser uno de los principales sustentos de la economía nacional», afirma Juan Molas, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos (Cehat), quien añade que «bajar más los precios es imposible, porque estamos en tarifas de 2007».
Aunque el retraso del incremento del IVA es un respiro para el sector, la subida de las tasas aéreas impuesta por Aena es un escollo más difícil de salvar en plena temporada alta. «Los datos de tráfico de pasajeros del primer semestre del año muestran una preocupante caída del 4,6%, descenso que, junto a la debilidad de la demanda nacional, no aconseja subidas como las aprobadas», matizan desde la Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo, Aceta. En esta línea, Exceltur estima que con esta subida de tarifas pueden dejar de viajar a España en un año hasta 2,87 millones de turistas (entre españoles y extranjeros), lo que implica no ingresar 1.636 millones.
Sin embargo, fuentes de Aena confirman que «el impacto de la subida sobre el pasajero es muy limitado, pues cada punto porcentual de incremento únicamente supone 8 céntimos por cada vez que se utilicen las infraestructuras aeroportuarias, por lo que no será una razón para dejar de viajar».
El adiós de algunas aerolíneas
La «patata caliente» está, por tanto, en las manos de las aerolíneas, ya que las tasas aeroportuarias representan entre un 10% y un 12% de los costes de una compañía aérea, «por lo que se estima que este encarecimiento supone un sobrecoste de unos 300 millones de euros», confirma Aceta. De hecho, la paradoja de aprobar los Presupuestos Generales del Estado a mitad de año ha puesto a las aerolíneas en la tesitura de asumir el coste de la subida de tasas en los billetes vendidos antes del 1 de julio, tal y como han hecho las principales compañías, excepto Ryanair y Vueling.
Las tarifas aeroportuarias españolas son un 43,5% más baratas que la media europea, según datos de Aena, pero ese plus de competitividad ahora se ha estrechado, hasta el punto de que varias aerolíneas como EasyJet, Ryanair o Wizz Air han confirmado la cancelación de gran parte de sus rutas a Madrid y Barcelona. Aunque Barajas y El Prat son más baratos que París o Londres, esa equiparación no es válida para la industria turística española. Lo «importante es comparar los de Alicante, Gran Canaria o Tenerife con los aeródromos de nuestros competidores en sol y playa, como Hammamet (Túnez), Agadir (Marruecos) o Faro (Portugal). Ahí es donde el turismo español pierde fuelle», asegura Zoreda.
El turismo nacional no será la solución este verano, sino el problema; la crisis económica pasa factura
En el segundo trimestre de 2012 la actividad turística ha descendido un 0,9% en términos interanuales. Las expectativas para el cierre de este verano tampoco son halagüeñas, ya que se espera una caída del 0,6% respecto al año pasado. «Los mercados extranjeros mantienen un comportamiento de normalidad, pero lo dramático es la demanda española, que disminuye y deja a las zonas turísticas que dependen del viajero nacional en una situación muy delicada», explica Juan Molas. Aún así, pocos renuncian a viajar. Según el Estudio de Hábitos Vacacionales elaborado por Muchoviaje.com, el 77% de los españoles saldrá este verano, cifra que refleja un descenso de 7 puntos porcentuales respecto a 2011. «Cada vez hay menos venta anticipada, porque la gente busca el chollo de última hora, y el destino está muy claro. La ecuación de sol y playa dentro de nuestra frontera es la más demandada», afirma José Mínguez, director general de Muchoviaje.com. Y es precisamente eso, lo de quedarnos en España y generar ingresos, lo que reclama la industria turística: «Aunque sean más breves y baratas, todos nos merecemos vacaciones, y si son en nuestro país mejor, porque así apoyamos una actividad que es determinante para la economía», recomienda Zoreda.
España es el indiscutible líder del turismo de golf, con 431 campos abiertos por toda la geografía
La subida del IVA que entrará en vigor el 1 de septiembre deja especialmente «tocado» a un segmento turístico que es líder en Europa: el turismo de golf, que pasará del IVA reducido del 8% al 21%. Con 431 campos de golf repartidos por toda la geografía española y una cuota de mercado cercana al 40%, en 2011 este sector generó unos ingresos superiores a los mil millones de euros y atrajo a más de 880.000 viajeros. Además, este segmento es una pieza clave en la desestacionalización de la demanda turística de nuestro país, una ansiada aspiración para la industria del turismo. En efecto, los tres meses de verano concentran buena parte de la llegada de turistas a nuestro país. A partir de mediados de septiembre, la llegada de extranjeros se reduce de una manera importante. Sólo Canarias, por su privilegiada situación geográfica, resiste el invierno europeo. La alternativa a las islas afortunadas es el turismo de golf. Este deporte se convierte en obsesión para buena parte de los ciudadanos de los países nórdicos. El rigor de su invierno convierte a España en un destino ideal para practicarlo. El Gobierno debería pensar en su fomento.
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