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De los implantes PIP a los FIT: el fabricante podría reanudar su producción

El diario galo Nice-Matin Var-matin asegura en su web que cuenta con un documento que lo certifica

Cajas de implantes de silicona fabricados por la compañía francesa Poly Implant Prothese (PIP) dentro de un edificio abandonado de la compañía, cerca de Toulon
Cajas de implantes de silicona fabricados por la compañía francesa Poly Implant Prothese (PIP) dentro de un edificio abandonado de la compañía, cerca de Toulonlarazon

Un diario local de la Costa Azul francesa asegura en su versión digital que Jean-Claude Mas, fundador de Poly Implant Prothèse (PIP), prevé volver a fabricar prótesis mamarias. Como revela la información del diario Nice-Matin Var-matin, Mas habría constituido una sociedad con el nombre de sus hijos llamada France Implant Technologie (FIT).El periódico galo asegura que cuenta con una copia del documento confidencial que confirma la constitución de esta compañía y que se creó en junio. La intención del empresario era volver a poner en marcha la producción en La Seyne-sur-Mer (sur de Francia) y "reconquistar los mercados internacionales", asegura el medio francés. La clave para confirmar que Mas forma parte de esta nueva compañía es que su nombre se cita en su organigrama.En 1991, Jean-Claude Mas, al que se le ha atribuido la falsa profesión de carnicero -"Jamás lo fue", explica el abogado de la quebrada empresa PIP- abrió una fabrica en una pequeño pueblo de la Costa Azul y comenzó a fabricar prótesis para mujeres de todo el mundo. En principio, y según certificaron los controles de calidad europeos, éstos eran totalmente legales y su gel ofrecía la misma calidad que el de otras firmas que utilizaban silicona cohesitiva. Sin embargo, tras conseguir el certificado CE para poder exportar al resto del mundo, cambió la materia prima y se decantó por un gel industrial. En 2000, un inspector de la agencia del medicamento norteamericana (FDA) ya dió el primer aviso de peligro. Visitó las instalaciones y mandó una carta de reclamación al fabricante, pero no se tomaron medidas contra él. La fabrica seguía en marcha y Jean-Claude Mas cada vez se hacía más rico."Estos implantes eran los más baratos del mercado, se podían conseguir por algo más de 200 euros mientras que el resto de prótesis no bajan de 600 euros", explica el doctor Jaume Serra, uno de los primeros cirujanos plásticos que en septiembre de 2009 avisó del peligro de las PIP.Desde marzo de 2010, cuando Francia avisó del peligro de estos productos, los cirujanos han dejado de poner los implantes, pero ha sido la muerte de una mujer operada con estos implantes y ocho casos más de cáncer diagnosticados en Francia lo que ha desatado la alarma mundial y llevó a la compañía a la quiebra. Más de 300.000 mujeres en todo el mundo podrían estar afectadas por esta estafa. El 85 por ciento de ellas latinoamericanas. Allí es donde mejor se distribuyeron las prótesis de Mas. Tanto Francia como el resto de países europeos reaccionaron rápidamente y avisaron a las mujeres a las que les implantaron las PIP de que acudieran a su médico para revisar el estado de sus pechos. La semana pasada les indicaban que se las quitaran, aunque sólo debían hacerlo con urgencia aquellas que las tuvieran rotas o que sintieran algún tipo de molestia. En España se calcula que puede haber más de 10.000 mujeres con estos implantes y muchas de ellas desconocen que son portadoras de PIP. Eva Giménez, una de las afectadas y portavoz de la recién formada asociación de afectadas, denuncia la ineficacia de los médicos y, junto a sus compañera, planea realizar acciones legales. Cree que los médicos no realizaron bien su trabajo y no notificaron las roturas. Una afirmación en la que también insiste el doctor Serra. Por otra parte, Carmen Flores, presidenta del Defensor del paciente, también está registrando un gran número de casos: "Una mujer me llamó para comentarme que se le había roto la prótesis y que tardaron más de cinco horas en conseguir limpiarle toda la zona. Se había hecho cachitos".Una operación de explantación y reparación de los pechos afectados puede costar más de 5.000 euros. Un coste que la mayoría de las mujeres no se puede permitir. De ahí que en algunos países como Venezuela, a la cabeza en operaciones estéticas de todo el mundo, el Estado haya anunciado que retirará los implantes de froma gratuíta. En España, Sanidad aún no se ha pronunciado al respecto. Esperan a los informes que están realizando los especialistas.