Italia
La OCDE teme que la recuperación económica se ralentice más de lo esperado
La OCDE teme una ralentización económica "un poco más pronunciada de lo esperado"inicialmente en los países ricos durante el segundo semestre del año, por el freno en el consumo privado y el efecto sobre el sistema financiero de la incertidumbre ante lo abultado de las deudas públicas.
El crecimiento económico en los países del G7 debería disminuir y situarse en torno al 1,5% el ritmo anual en la segunda parte de 2010, tras haber progresado al 3,2% en el primer trimestre y al 2,5% en el segundo, según las perspectivas interinas presentadas hoy por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
La ralentización será general para todos los Estados del G7, pero más pronunciada para los tres que también forman parte de la zona euro (Alemania, Francia y en particular Italia) y para Japón.
El PIB de esos tres integrantes de la zona euro únicamente aumentará a un ritmo anual del 0,4% en el tercer trimestre y al 0,6% en el cuarto, después de haberlo hecho al 1,5% y al 5,1% respectivamente en el primero y segundo.
En Japón, las cifras serán ligeramente mejores, con alzas del 0,6% entre julio y septiembre y del 0,7% entre octubre y diciembre, frente al 4,4% entre enero y marzo y el 0,4% entre abril y junio.
La evolución será más positiva en Estados Unidos, con incrementos del 2% y del 1,2% en el tercer y cuarto trimestres, después del 3,7% y el 1,6% en el primero y el segundo.
Para el Reino Unido, el ritmo anual de ascenso del PIB después de haberse situado en el 1,3% y en el 4,9% en los dos primeros trimestres del año, pasará a ser del 2,7% y 1,5% en los dos siguientes.
Canadá, por último, que registró una subida del 5,8% entre enero y marzo y del 2% entre abril y junio, pasará al 2,2% entre julio y septiembre y al 2,3% entre octubre y diciembre.
La OCDE no ofreció previsiones para el conjunto del año, ni sobre los otros países de la organización, como hace en sus informes semestrales de perspectivas (el próximo se publica en otoño) y puso el acento en que pesan "considerables incertidumbres"sobre las que dio a conocer por diversas razones.
Entre esas incertidumbres el economista jefe, Pier Carlo Padoan, destacó el posible freno del consumo privado por el contexto económico difícil y en particular por la evolución del paro, pero también los eventuales efectos negativos que podría tener en el sistema financiero el elevado nivel de deudas soberanas.
También aludió, como punto positivo, al hecho de que el nivel relativamente bajo de la inversión privada, unida a la robustez de los beneficios de las empresas y al bajo volumen de existencias induce a pensar que la inversión debería marcar una inflexión positiva en los próximos meses.
En ese contexto, Padoan reconoció que "es todavía difícil decir si el agotamiento de la recuperación es temporal", como parece, o si "es el signo de una debilidad subyacente más pronunciada del consumo privado"en el momento en que las medidas contra la crisis llegan a su fin.
En el primer caso, Padoan aconsejó retrasar "varios meses"el desmantelamiento de las medidas de apoyo monetario pero manteniendo el saneamiento de las finanzas públicas para hacer frente a "situaciones presupuestarias insostenibles".
Pero "si la desaceleración refleja factores que ejercen un frenado más duradero de la actividad, se podría justificar un apoyo monetario suplementario"con un cambio "cuantitativo"y el compromiso de mantener los tipos de interés "a un nivel próximo a cero durante un largo periodo", añadió.
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