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Alonso esconde sus cartas

Y por fin los motores rugieron en Interlagos. Las declaraciones con o sin intención de días anteriores dejaron paso a los coches en la pista, donde los implicados en la lucha por el título dejaron claras sus intenciones. Los Red Bull demostraron que están dispuestos a ganar la carrera; Ferrari se guardó algunas décimas para la sesión de clasificación, y en el equipo McLaren tampoco quisieron demostrar todo su potencial, aunque los datos engañan.

Alonso subido en su monoplaza
Alonso subido en su monoplazalarazon

En la primera sesión Vettel y Webber fueron los más veloces, mientras que en casa de Ferrari saltaban las alarmas. El motor que montaba el F10 de Fernando Alonso se rompió y el asturiano debió volver a boxes con su coche subido en una grúa. En la escudería italiana afirmaron que se trataba de una «avería programada y previsible», pero lo cierto es que resulta una argumento difícil de creer. Estaba previsto sustituir el motor al final del día, pero no que se rompiera a las primeras de cambio. Los propulsores que les restan a casi todos los pilotos, incluido Alonso, están ya en una situación complicada, y el que más riesgo asume es Vettel, cuyo motor supera el kilometraje de tres carreras. Además, en este escenario brasileño, donde la altura resta potencia a las máquinas, esta parte del monoplaza se trata con especial delicadeza. Seguro que habrá más roturas.

En la segunda tanda, ya con otro motor, Alonso marcó el tercer mejor tiempo a la estela de Vettel y Webber, que le aventajaron en tres décimas. ¿Pura precaución en Ferrari? Parece que sí, a tenor de las velocidades punta alcanzadas, puesto que Hamilton marcó la máxima, con 316 km/h frente a los 312 de Vettel y los 308 de Alonso.

Hoy, con la lluvia como protagonista, llegará la hora de la verdad. Será una jornada complicada para elegir la correcta y definitiva puesta a punto sabiendo que para mañana las previsiones hablan de tiempo seco.