Crítica de libros
Otra noche
Hacía meses que no cenaba con mi amigo socialista y mal que me sabe, porque cuando nos vemos es un gozo disfrutar de su ironía y saber estar. Lo encuentro de un escéptico y pasota que asusta.-Caray Fus, tú crees el berenjenal en el que nos hemos metido con lo del Estatut. Ya me imaginaba que esto acabaría en lío monumental. En su momento se fraguó como se fraguó y aquí estamos criticando al Constitucional a punto de liarnos a gorrazos con el PSOE, lo que va a ser muy difícil de explicarle a un parado del Hospitalet, que todo esto es lo importante junto a la memoria histórica. Vaya, que la estamos pifiando. Luego me larga una retahíla sobre el PP , la corrupción, etc. Le respondo eso que cada palo aguante su vela, pero coincidimos en que unos y otros deberían dejar de lado sus trifulcas y ponerse a remar en la misma dirección, sobre todo en política económica, y en definir un modelo de Estado, tal y como se ha estado haciendo con la lucha antiterrorista.Cambiamos de tercio cuando me pregunta por mi militancia revillista. ¡Ahí me han dado! Hablo y no paro de mi admirado presidente y amigo, él asiente. Pedimos un gin-tonic, y me dice: «¡jo…. Fus ,que bien me vendría aquí un Revilla!», y acabamos brindando por él y por «sus riñones». Otro gin-tonic y a casa. Me pregunto por qué es tan difícil esto de la política, cuando hay quien lo hace sencillo.
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