Reivindicativo adiós a «Ave»

MADRID- Cubierta con una bandera de República Dominicana y seguida de un cortejo fúnebre con su fotografía fue enterrada ayer la joven Avellaneda Núñez. La familia de la chica, de 17 años y origen dominicano, dio su último adiós ayer a la menor asesinada por otro chico, de 22 años y origen colombiano, ambos de la localidad de Collado Villalba. Su madre, Carolina, la pareja de ésta y el hermano de la menor quisieron esperar para celebrar el sepelio a que llegara a España procedente de República Dominicana su padre biológico, que aterrizó momentos antes de la ceremonia en el aeropuerto de Barajas.

Alrededor de un centenar de personas, la mayoría compatriotas de la fallecida, asistieron al sepelio en el que los familiares y amigos no pudieron esconder grandes muestras de dolor. Rezaron un padrenuestro y lanzaron tres vivas a Avellaneda antes de romper en un fuerte aplauso con el que se despidieron de la adolescente. Un portavoz de la familia quiso tomar la palabra para decir que «hay que parar» la violencia contra las mujeres y «ojalá sea Avellaneda el punto de partida para un inicio» en este sentido.

«Parece que no queremos entender que las mujeres son la mitad de la humanidad y madres de la otra mitad», reivindicó. Aseguró asimismo que a la familia de Avellaneda, que está «malherida y destrozada», «le toca ahora clamar justicia» y a toda la sociedad le corresponde trabajar para parar estos casos de violencia. Por el momento, la Guardia Civil, que investiga el caso, no habla de un caso de violencia de género. Parece ser que el asesino confeso, Joaquín Emilio –que pasó el viernes a disposición judicial– y la víctima nunca fueron pareja, aunque sí que se conocían desde hacía tiempo e incluso habían mantenido alguna relación esporádica. Varios compañeros de instituto de Avellaneda mantienen incluso que él «seguía enamorado» de ella. Está previsto que a principios de esta semana se levante el secreto de sumario sobre la investigación judicial.