Uno de cada tres jóvenes ha recurrido a la píldora del día después alguna vez

La píldora del día después se utiliza cada vez más entre los jóvenes. De hecho, un estudio sociológico revela que el 34 por ciento de ellos ha tenido que recurrir a la píldora poscoital, conocida como del día después, tras mantener relaciones sexuales sin utilizar preservativo u otros métodos anticonceptivos.

Más de la mitad (57,4%) de ese porcentaje usó la también llamada píldora del día después en sólo una ocasión, mientras que el 42,6% restante ha recurrido a ella en más de una, según el mismo estudio.

Una muestra representativa de jóvenes de entre 18 y 25 años, y de todo el territorio nacional, ha participado on-line en la elaboración, en julio pasado, del estudio, realizado por encargo de la empresa «Control», fabricante de preservativos, informa Efe.

La mitad de los encuestados aseguraron conocer «perfectamente» los riesgos para la salud que implica tomar la píldora poscoital de forma habitual, el 36% dijo «haber oído algo» sobre esos riesgos y el 14% confesó desconocerlos por completo.

El mismo estudio concluye que el 37% de los jóvenes españoles reconoce haberse expuesto «alguna vez» al riesgo de practicar sexo sin preservativo u otros métodos que eviten el embarazo o el contagio de enfermedades de transmisión sexual.

La píldora del día después ha sido el fármaco «estrella» de este año. Norlevo y Postinor, los dos fabricantes del fármaco en España, han vendido un 158 por ciento más con respecto al año anterior.

Lo que no está claro es que la dispensación libre del fármaco haya servido para frenar el número de embarazos no deseados, especialmente entre las adolescentes, a pesar de que el Ministerio de Sanidad haya anunciado que ha bajado el número de interrupciones del embarazo.

Un fármaco en entredicho
El Ministerio de Sanidad comenzó a suministrar la píldora del día después asegurando que era «segura para la salud» y no precisaba de «ningún reconocimiento ni análisis previo a su toma». Sin embargo, la ANDOC (Asociación Nacional para la Defensa del Derecho a la Objeción de Conciencia) se vio obligada a denunciar que dicha información era «engañosa e incompleta» al estar desaconsejada en mujeres que padecieran ciertas enfermedades y problemas físicos. Además, la publicidad dada por el Ministerio se denunció en los juzgados y en Consumo por engañosa.